Estudio muestra cómo reducir el uso de medios de contraste en la TC
Actualizado el 15 Jun 2022
Se espera que la escasez mundial de medios de contraste, que comenzó en abril con la interrupción de la cadena de suministro relacionada con la COVID, dure al menos varias semanas más. A medida que continúa la escasez mundial de medios de contraste para imágenes médicas, un nuevo estudio ha cuantificado las estrategias que pueden emplear las instalaciones médicas para reducir de forma segura el uso de tintes en la tomografía computarizada (TC) hasta en un 83 %.
Investigadores de la UC San Francisco (San Francisco, CA, EUA) han modelado tres estrategias de conservación que son: dosis basadas en el peso (en lugar de una dosis fija), reducir la dosis de contraste mientras reducen el voltaje del tubo en los escáneres y sustituir la TC con contraste por una TC sin contraste cuando esto afecte mínimamente la precisión del diagnóstico. Esa tercera estrategia (renunciar al tinte en algunos casos de TC cuando solo tendría un impacto pequeño en la precisión del diagnóstico), produjo la reducción más dramática en el uso del tinte: 78 %. La TC es el uso más común para el tinte. Según los investigadores, estos métodos de conservación podrían continuar más allá de la escasez actual para reducir el uso de medios de contraste en general.
Los investigadores modelaron las tres estrategias individualmente y en combinación utilizando una muestra de 1,04 millones de exámenes de TC en el Registro Internacional de Dosis de TC de la UCSF desde enero de 2015 hasta marzo de 2021. El registro incluye datos de tomografías computarizadas de 161 centros de imágenes asociados con 27 organizaciones de atención médica. Por sí sola, la dosificación basada en el peso para imágenes de abdomen, tórax, corazón, columna y extremidades redujo el uso de tinte en un 10 %; la reducción del voltaje del tubo en los pacientes apropiados permitió una reducción del tinte del 25 %. Estas dos medidas, combinadas con el uso de TC sin medio de contraste cuando fue posible, condujeron a una reducción total del 83 %. De acuerdo con los investigadores, es posible que algunas instalaciones no puedan ejecutar las tres estrategias a la vez, pero cada una puede ayudar a conservar el suministro.
Y no son solo los radiólogos los que necesitan saber sobre ellas. Según los investigadores, cuando la escasez de contraste disminuya, las instalaciones médicas deberían considerar continuar con algunas de estas prácticas que conservan el medio de contraste. Por ejemplo, reducir el voltaje del tubo no solo permite reducir el volumen de contraste que se debe usar, sino que también da como resultado dosis de radiación significativamente más bajas para los pacientes. Adaptar las dosis al peso de cada paciente permite volúmenes de dosificación más bajos para muchos pacientes. Además, los investigadores señalaron que su análisis destaca la gran cantidad de contraste que se desperdicia cuando se utilizan viales de dosis única para administrar el contraste. De acuerdo con los investigadores, los hospitales y los centros de imágenes que utilizan de forma rutinaria viales de medios de cotraste de dosis única, deberían considerar el uso de viales de dosis múltiples más grandes, lo que permite una dosificación exacta y evita la necesidad de desechar las porciones no utilizadas.
“El contraste es esencial en cualquier situación en la que necesitemos evaluar los vasos sanguíneos, por ejemplo, para algunos pacientes con traumatismos o aquellos con sospecha de hemorragia gastrointestinal aguda, y también es necesario para la evaluación de ciertos tipos de cáncer, como el de hígado o páncreas”, dijo la autora principal del estudio Rebecca Smith-Bindman, MD, profesora de la UCSF en el Departamento de Epidemiología y Bioestadística. “Sin embargo, la mayoría de las TC se realizan para indicaciones menos específicas, como dolor abdominal en un paciente con sospecha de apendicitis. Estas pueden y deben hacerse sin contraste durante la escasez, porque la pérdida de información en estos pacientes será aceptable para la mayoría de los pacientes”.
“Dada la grave escasez, es importante que los médicos que soliciten exámenes por imágenes se coordinen con los radiologos para cancelar los exámenes que no son absolutamente necesarios, posponer los exámenes que se pueden retrasar de manera segura, reemplazar la TC con resonancia magnética y ultrasonido cuando sea posible, y solicitar un examen sin contraste donde sea posible. Además, los médicos deben comunicarse con sus pacientes sobre por qué esto es necesario. Es crucial que el contraste se conserve para situaciones clínicas en las que su uso es esencial para un diagnóstico preciso”, agregó Smith-Bindman.
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UC San Francisco
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