Terapia de protones reduce efectos secundarios en pacientes pediátricos con cáncer de cabeza y cuello

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 31 Oct 2013
El enfoque preciso y cuidadoso dosificando la radiación usando terapia de protones es beneficioso en los esfuerzos continuos para reducir los efectos secundarios del tratamiento entre los pacientes con cáncer de cabeza y cuello, según un nuevo estudio de pacientes pediátricos.

Los resultados del estudio fueron presentados el 23 de Septiembre de 2013, durante el 55º congreso anual de la conferencia de la Sociedad Americana de Radio Oncología (ASTRO) realizada en Atlanta, GA, EUA. “Los niños son especialmente susceptibles a los efectos secundarios de la radioterapia, y tratarlos para los cánceres de cabeza y cuello plantea un reto adicional debido al riesgo de la radiación para los tejidos en desarrollo”, dijo la autora principal del estudio, Christine Hill-Kayser, MD, una profesora asistente de radio oncología en la Escuela de Medicina Perelman del Centro de Cáncer Abramson de la Universidad de Pensilvania (Filadelfia, EUA). “Nuestros hallazgos usando terapia de protones para esos pacientes, sin embargo, muestran que los efectos secundarios son más leves que aquellos que se ven típicamente entre los niños que reciben radiación convencional. Esperamos que esto signifique menores efectos secundarios cuando sobreviven a su cáncer”.

Aunque los médicos han planteado la hipótesis acerca de la toxicidad reducida y los efectos secundarios con la terapia de protones debido a que la modalidad preserva más tejido normal del daño, los datos clínicos sobre el método nuevo todavía no han madurado, particularmente entre los pacientes pediátricos de cáncer. El presente estudio trata de arrojar más luz sobre el tema rastreando un grupo de 25 pacientes, con edades desde 1 a 21 años, todos los cuales recibieron terapia de protones en Terapia de Protones Roberts de Penn Medicine como parte de su tratamiento para varios cánceres de cabeza y cuello, incluyendo el sarcoma de Ewing, el rabdomiosarcoma y los tumores de glándula salival. La toxicidad del tratamiento fue evaluada semanalmente durante el tratamiento de protones y de uno a tres meses posteriores.

Después de una media de 13 meses después del tratamiento, 19 pacientes (76%) no tenían evidencia de enfermedad, tres pacientes (12%) habían desarrollado recurrencia local, y cinco (20%) tenían tumores que parecían estar estables. Un paciente murió de su cáncer. Los investigadores anotaron que esos resultados son típicamente similares a aquellos que se esperarían con la terapia con rayos-x más convencional. Más importante, sin embargo, fueron los efectos secundarios muy reducidos vistos en el estudio, en comparación con la prevalencia vista entre los pacientes con cáncer de cabeza y cuello que tienen radioterapia. “El perfil de efectos secundarios fue realmente muy leve, con básicamente ninguna toxicidad de alto grado”, dijo el Dr. Hill-Kayser, quien realizó el estudio junto con colegas de Penn Medicine y el Hospital de Niños de Filadelfia.

Los efectos secundarios más comunes fueron fatiga y dermatitis. Los investigadores anotaron que a pesar de que las reacciones de la piel son observadas con frecuencia durante el tratamiento de radiación, este estudio pareció indicar una reacción mayor de la esperada cuando el tratamiento de protones fue seguido por agentes quimioterapéuticos específicos, incluyendo actinomicina-d y doxorubicina, que pueden interactuar con la radiación y causar sensibilidad a la radiación. Ese hallazgo ayudó al investigador a personalizar más su método para minimizar ese efecto secundario. “Si empezamos esos medicamentos de inmediato después de la terapia de protones, la dermatitis aparentemente fue peor”, dijo el Dr. Hill-Kayser. “Así, aprendimos que después de la terapia de protones, deseábamos mantener esos medicamentos y no dárselos durante uno a seis semanas, de manera que el paciente tuviera tiempo de recuperarse de la toxicidad de la piel antes de que empeorara”.

Otro efecto secundario típico de la radioterapia—particularmente entre los pacientes con cáncer de cabeza y cuello—puede ser la pérdida de peso y problemas nutricionales, pero esos solo fueron encontrados como un problema leve para los pacientes en el estudio actual. “Es común perder algo de peso durante el tratamiento de radiación debido a que la boca y la garganta se inflaman, pero encontramos que muy pocos pacientes en nuestro estudio perdieron más del 10% de su peso corporal durante el curso e tratamiento. Encontramos que podemos minimizar la pérdida de peso usando un tubo de gastrostomía para dar alimentación por sonda, pero aun cuando no hiciéramos eso, la pérdida de peso fue manejable. Este fue probablemente el caso por lo que la terapia de protones nos permitió disminuir la dosis de radiación para la boca y la garganta en comparación con planes equivalentes usando terapia de rayos X”.

En uno a tres meses, todos los pacientes del estudio se recuperaron totalmente de cualquier efecto secundario agudo del tratamiento de protones. El Dr. Hill-Kayser espera que esta investigación ayude a soportar el consenso creciente de que “la pediatría es una de las áreas donde la terapia de protones está proporcionando un gran beneficio”.

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Perelman School of Medicine at the University of Pennsylvania




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