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Radioisótopo abre nuevas posibilidades para tratamiento del cáncer

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 21 Sep 2016
Un radioisótopo del elemento actinio es un prometedor agente para la α-terapia dirigida con el fin de destruir las células malignas y, al mismo tiempo, minimizar el daño al tejido sano circundante.
 

Imagen: El Laboratorio del Acelerador Nacional SLAC (Fotografía cortesía del SLAC).
Imagen: El Laboratorio del Acelerador Nacional SLAC (Fotografía cortesía del SLAC).
Desarrollado por investigadores del Laboratorio Nacional de Los Álamos (LANL; NM, EUA), y en colaboración con el Laboratorio del Centro de Acelerador Lineal Stanford (SLAC) (SLAC; Menlo Park, CA, EUA), la α-terapia dirigida se basa en el radioisótopo de actinio-225, que tiene una vida media relativamente corta de 10 días y emite partículas alfa de gran alcance, ya que se descompone en bismuto estable. Pero la α-terapia dirigida sólo puede convertirse en un tratamiento contra el cáncer fiable si el actinio se une de forma segura a un quelante, dado que el radioisótopo es muy tóxico para los tejidos sanos.
 
En un intento por aclarar la limitada comprensión de la química del actinio, los investigadores utilizaron la espectroscopia de absorción de rayos X y la teoría funcional de la densidad dinámica molecular, para investigar la química de coordinación del actinio. Fueron capaces de determinar la información sobre los enlaces químicos formados por el actinio, incluyendo lo que se une al elemento, el número de átomos que están presentes, y las distancias entre ellos. Los investigadores ahora intentarán diseñar una molécula portadora quelante que podría transportar con seguridad el actinio-225 a través del cuerpo a las células tumorales. El estudio fue publicado el 17 de agosto de 2016, en la revista Nature Communications.
 
“Imagínese que alguien le diera el elemento hierro del que no se sabe nada. Eso es casi el mismo lugar en que nos encontramos con el actinio, en lo que respecta a la química macroscópica. Los científicos del Proyecto Manhattan utilizaron películas para ver los rayos X liberados por la muestra”, dijo el coautor del estudio, Stosh Kozimor, PhD, un químico de isótopos en Los Álamos. “Pero la radioactividad del actinio oscureció la película antes de que pudiéramos hacer mediciones significativas. Sólo fuimos capaces de obtener una huella digital de los compuestos de actinio que eran indicativos de lo que se formaba. Más allá de eso, no hay mucha información en esas mediciones”.
 
El Actinio (Ac), descubierto en 1899, es un elemento químico radiactivo con el número atómico 89. Fue el primer elemento radiactivo no primordial que fue aislado. Un metal blanco plateado suave, reacciona rápidamente con el oxígeno y la humedad en el aire, formando una capa blanca de óxido de actinio que previene la oxidación adicional. Una tonelada de uranio natural en el mineral contiene alrededor de 0,2 miligramos de  Ac-227. Debido a su escasez, el precio alto, y la radiactividad, el actinio no tiene ningún uso industrial significativo.


Enlace relacionado:
 
Los Alamos National Laboratory
SLAC National Accelerator Laboratory
 

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