Una combinación de tecnologías de imágenes avanzadas ofrece un avance en el tratamiento del glioblastoma
Actualizado el 31 Dec 2024
El glioblastoma es la forma más mortal de cáncer cerebral primario, en gran medida debido a su crecimiento agresivo y su resistencia al tratamiento. El tumor se infiltra en el tejido cerebral sano con extensiones similares a cabellos, lo que complica la extirpación quirúrgica. Los cirujanos enfrentan la delicada tarea de extirpar la mayor cantidad posible del tumor mientras protegen las regiones vitales del cerebro que controlan funciones esenciales como el movimiento y el habla. Además, la compleja estructura celular del tumor y su capacidad para evadir las terapias convencionales se suman a la dificultad del tratamiento de la enfermedad.
Aunque la radioterapia estándar se emplea comúnmente y puede ser efectiva, también conlleva el riesgo de dañar tejido cerebral sano, lo que puede causar efectos secundarios no deseados. Ahora, una nueva estrategia de tratamiento que combina imágenes avanzadas puede ofrecer mejores tasas de supervivencia para pacientes mayores con glioblastoma recién diagnosticado, al mismo tiempo que preserva su calidad de vida.
Mayo Clinic (Rochester, MN, EUA) ha compartido los resultados de su estudio de fase 2 de un solo grupo en el que se utilizó uno de los tratamientos de radiación más innovadores disponibles en la actualidad: la terapia con haz de protones. Esta radioterapia avanzada y no quirúrgica ataca las células cancerosas con una precisión notable y, al mismo tiempo, minimiza el daño al tejido sano circundante.
El estudio se centró en pacientes mayores de 65 años recién diagnosticados con glioblastoma maligno de grado 4 según la OMS. En el ensayo clínico SAGA (Tratamiento Ablativo de Radiación Estereotáctica para Glioblastoma), el equipo de investigación utilizó una terapia de protones hipofraccionada de corta duración, mejorada con técnicas avanzadas, como la tomografía por emisión de positrones con 18F-DOPA y la resonancia magnética con contraste, que ayudaron a mapear el área objetivo en el cerebro del paciente e identificar las regiones metabólicamente más activas del tumor. Al combinar estas tecnologías de diagnóstico por imágenes, el equipo pudo administrar el tratamiento en solo una o dos semanas, en comparación con las tres a seis semanas habituales.
Los resultados del estudio publicado en The Lancet Oncology mostraron que el 56 % de los participantes sobrevivieron durante 12 meses, con una supervivencia general media de 13,1 meses. La combinación de imágenes avanzadas y terapia con haz de protones permitió una administración de radiación más precisa, evitando la exposición innecesaria del tejido cerebral sano.
Los pacientes toleraron bien el tratamiento y los resultados de supervivencia superaron las expectativas. Este estudio fue el primer ensayo clínico en investigar la terapia de protones hipofraccionada de corta duración, que incorpora técnicas avanzadas de imágenes, para pacientes mayores con glioblastoma recién diagnosticado. Tras estos resultados prometedores, Mayo Clinic ha iniciado un ensayo clínico aleatorizado más grande.
“En comparación con estudios previos de fase 3 en una población de mayor edad, en los que la supervivencia media fue de tan solo seis a nueve meses, estos resultados son prometedores”, comentó el Dr. Sujay Vora, oncólogo radioterapeuta de Mayo Clinic, quien dirigió el equipo de investigación. “En algunos casos, los pacientes con tumores con una genética favorable vivieron incluso más tiempo, con una supervivencia media de 22 meses. Estamos muy entusiasmados con estos resultados”.
"Nuestro objetivo es transformar la forma en que tratamos el glioblastoma utilizando cursos de radiación más cortos para minimizar la carga sobre los pacientes y sus familias y ayudarlos a completar un tratamiento seguro y efectivo en un período de tiempo más corto", agregó el Dr. William Breen, oncólogo radioterapeuta e investigador principal del estudio actual.
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Clínica Mayo