Angiografía coronaria puede mejorar resultados de pacientes con infarto cardiaco
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 01 Jun 2009
Las personas que sufren de infartos cardiacos y reciben angiografía coronaria tienen el doble de probabilidad de sobrevivir sin daño cerebral significativo en comparación con aquellos que no reciben el procedimiento, de acuerdo con un reporte reciente.Actualizado el 01 Jun 2009
El estudio, publicado en la edición Mayo/Junio 2009 de la revista Journal of Intensive Care Medicine, y disponible en línea en Abril de 2009, reveló que los resultados del paciente mejoraron con la angiografía coronaria, un procedimiento de imaginología que muestra cómo la sangre fluye al corazón, sin considerar ciertos factores clínicos y demográficos que influenciaban a quien recibió el procedimiento.
"Dadas las bajas probabilidades de supervivencia, aproximadamente el 6%, para los pacientes que sufren de infartos cardiacos fuera del hospital, es importante entender cuáles tratamientos pueden hacer una diferencia en esos resultados deprimentes”, agregó Jon C. Rittenberger, M.D., autor corresponsal del estudio y un profesor asistente en el departamento de medicina de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (UPMC; PA, EUA). La importancia de la angiografía coronaria rápida está bien establecida para los pacientes de infarto cardiaco que se presentan con tipos específicos de problemas del corazón, anotó el Dr. Rittenberger. "Pero nuestro estudio, que muestra que la angiografía está asociada independientemente con resultados neurológicos buenos, sugiere que los médicos deben considerar el procedimiento para todos los pacientes pos infarto cardiaco", añadió.
La angiografía coronaria usa un colorante de contraste y rayos X para ver los vasos sanguíneos y las cámaras del corazón. El procedimiento es usualmente realizado en conjunto con la cateterización, que incluye enhebrar una sonda hueca delgada a través de una arteria y llevarla al corazón. El colorante es inyectado en el catéter y resalta cualquier bloqueo en el flujo sanguíneo, los cuales luego son visibles con rayos X.
Los investigadores analizaron retrospectivamente las tarjetas de 241 pacientes adultos con infarto cardiaco que fueron tratados en el Hospital Presbiteriano UPMC, parte del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, entre el 1 de enero de 2005 y 31 de diciembre de 2007. La enfermedad arterial coronaria estuvo presente en 52% de los pacientes, y la tasa no difirió entre aquellos que recibieron angiografía coronaria (40% del grupo) y aquellos que no. Esos hallazgos son consistentes con investigaciones anteriores que mostraron que el 60-80% de los infartos cardiacos son un resultado de la enfermedad cardiovascular.
Solo la mitad de los pacientes que recibieron angiografía coronaria experimentaron un buen resultado clínico, definido como ser dado de alta al hogar o a una institución de rehabilitación aguda, en comparación con 24,8% de los pacientes que no recibieron el procedimiento. La angiografía temprana, realizada en las primeras 24 horas de la llegada de un paciente, no estuvo asociada con mayor supervivencia cuando se comparó con hacer el procedimiento más tarde, pero los investigadores anotaron que el número pequeño de pacientes puede hacer imposible validar una diferencia.
"La angiografía coronaria parece poner a los pacientes en un camino más proactivo de cuidado, el cual puede llevar a un resultado mejor”, dijo el Dr. Rittenberger. "Como este estudio demuestra, la mayoría de los pacientes con infarto cardiaco tienen enfermedad cardiaca, que con frecuencia es algo que podemos arreglar. Muchos de los pacientes a los que se les hace la angiografía coronaria van a cirugía de "bypass”, una bomba de balón, un desfibrilador, u otros tratamientos agresivos".
El Dr. Rittenberger y sus colegas no encontraron diferencias significativas entre aquellos que recibieron angiografía y aquellos que no lo hicieron con respecto a la edad, historia de enfermedad cardiaca, y uso de hipotermia terapéutica, un procedimiento usado para enfriar a los pacientes que se mantienen comatosos después de la resucitación posterior a infarto cardiaco para prevenir el daño cerebral.
Sin embargo, el sexo del paciente, la localización del infarto, la alteración inicial del ritmo cardiaco, y ciertas anormalidades coronarias y neurológicas estuvieron entre los factores predictivos de quiénes recibirían angiografía. Los hombres que sufrieron infartos cardiacos fuera del hospital tuvieron más probabilidad de recibir el procedimiento. Los investigadores también descubrieron que la angiografía coronaria tuvo más probabilidad de ser realizada en pacientes con mejor estado neurológico. Sin embargo, con el uso de la hipotermia terapéutica, los pacientes pueden no revelar su estado neurológico real durante varios días después del retorno de la circulación sanguínea espontánea.
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University of Pittsburgh School of Medicine