Radioterapia ha demostrado causar enfermedad vascular tardía
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 18 Jun 2010
Por una razón desconocida, la radioterapia del cáncer puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular tardía, un problema que está creciendo a medida que más personas sobreviven a su diagnóstico de cáncer. Investigaciones nuevas hechas en Suecia sugieren ahora que la inflamación sostenida inducida por la post-radioterapia altera la expresión de genes en las arterias. Actualizado el 18 Jun 2010
Estudios epidemiológicos han mostrado que un curso de radioterapia aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular en la misma parte del cuerpo; por ejemplo, el infarto de miocardio después del tratamiento de cáncer de mama izquierdo, o apoplejía después del tratamiento de cabeza y cuello o tumores cerebrales. Los científicos saben muy poco, sin embargo, sobre las causas biológicas de esos serios efectos secundarios, que con frecuencia, solo se presentan muchos años después del tratamiento.
"Los estudios han sido obstaculizados por el hecho de que el proceso de enfermedad es tan lento”, declaró el Dr. Martin Halle, un investigador del Instituto Karolinska (Estocolmo, Suecia). "Estudios celulares y animales son mejores para los efectos más inmediatos, y los estudios en humanos han sido descartados por razones éticas”.
Estudiando auto-injertos, realizados después del cáncer, el Dr. Halle y colegas ahora por primera vez han logrado evaluar los efectos a largo plazo de la radioterapia sobre los vasos sanguíneos humanos. Este tipo de auto-injerto incluye el trasplante de piel, músculo, o tejido óseo de una parte del cuerpo del paciente para reconstruir defectos que surgen después de la remoción de un tumor en otra área, con frecuencia, irradiada. Recolectando biopsias de ramas de arterias carótidas irradiadas anteriormente y arterias no irradiadas de injertos, los investigadores han podido comparar la diferencia en la expresión génica global entre arterias irradiadas y no irradiadas del mismo paciente, al mismo tiempo.
Los investigadores descubrieron que las arterias irradiadas mostraron signos de inflamación crónica y un aumento en la actividad del factor nuclear kappaB (NF-kappaB), un factor de trascripción conocido por jugar una parte importante en el desarrollo de la ateroesclerosis. La mayor expresión de genes inflamatorios fue visible durante varios años después de la irradiación, y puede, creen los investigadores, clarificar por qué los pacientes de cáncer sufren de enfermedad cardiovascular muchos años después de la radioterapia.
"Se espera que esos hallazgos un día ayudarán a la medicina a mitigar los efectos secundarios administrando radioterapia en combinación con un tratamiento anti-inflamatorio”, dijo el Dr. Halle.
Los hallazgos del estudio fueron publicados en la edición del 23 de marzo de 2010 de la revista Journal of the American College of Cardiology. La importancia de los resultados es enfatizada por la publicación de un comentario aclaratorio en el editorial de la revista.
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Karolinska Institutet