Investigación muestra que beneficios de la TC compensan riesgos de cáncer
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 03 Apr 2013
Las condiciones médicas subyacentes que enfrentan los adultos jóvenes que se someten a tomografía computarizada (TC) representan un riesgo de salud considerablemente mayor que el del cáncer inducido por la radiación de la TC, según los nuevos hallazgos. Actualizado el 03 Apr 2013
Los resultados del estudio fueron publicados en línea el 5 de febrero de 2013 en la revista Radiology. La utilización de la TC ha crecido en aproximadamente 10% por año durante los últimos 15 años en los Estados Unidos, aumentando las preocupaciones de un aumento en los cánceres inducidos por la radiación. Sin embargo, las discusiones del riesgo de cáncer inducido por la radiación con frecuencia fallan al tener en cuenta la condición de los pacientes que están siendo escaneados, según Susanna Lee, MD, PhD, jefe de imagenología femenina del Hospital General de Massachusetts (Boston, MA, EUA) y profesora asistente de radiología en la Escuela Médica de Harvard (Boston, MA, EUA; http://hms.harvard.edu). “El ímpetu para nuestro estudio fue el interés que la prensa a menudo muestra por el peligro potencial causado a los paciente por la TC”, dijo la Dra. Lee. “Lo que falta en esta discusión es un sentido de qué tan enfermos ya están esos pacientes”.
Para determinar mejor los pros y los contras de la TC en adultos jóvenes, los investigadores, liderados por la Dra. Lee y el investigador Robert L. Zondervan, MS, estudiaron los registros de imagenología de pacientes de 18 a 35 años de edad que se sometieron a TC torácica o abdomino-pélvica entre 2003 y 2007 en uno de los tres hospitales afiliados a la universidad en Boston. Los niños y adultos jóvenes son más susceptibles a la radiación ionizante y tienen más probabilidad de vivir durante aproximadamente los 10 a 20 años considerados necesarios para desarrollar un cáncer inducido por la radiación.
Los investigadores tuvieron acceso a los registros de 22.000 pacientes, incluyendo 16.851 TCs torácicas y 24.112 abdomino-pélvicas. Durante el periodo promedio de seguimiento de 5,5 años. 7,1% adultos jóvenes que se sometieron a TC torácica, y 3,9% de aquellos que tuvieron TC abdomino-pélvica murieron—estadísticas que fueron mucho mayores que el riesgo de muerte, a largo plazo de cáncer inducido por la radiación, predicho por los modelos estadísticos, en ambos grupos. “Fue sorprendente ver qué tan alta fue la tasa de mortalidad a los cinco años en este grupo”, dijo la Dra. Lee. “Para ponerlo en contexto, el adulto joven promedio tiene solo una probabilidad de 1% de morir en los siguientes cinco años”.
Las razones más típicas para el examen fueron cáncer y trauma para la TC torácica, y dolor abdominal y trauma, y cáncer para la TC abdomino-pélvica. A pesar de que muchos de los pacientes que se sometieron a la TC eran pacientes con cáncer con un mal pronóstico, anotó la Dra. Lee que las diferencias claves en el riesgo fueron evidentes en los otros grupos que tuvieron TC, como aquellos que sufrieron de trauma, dolor abdominal, y dificultad respiratoria. “Cuando sustrajimos los pacientes con cáncer de la serie de datos, el riesgo de muerte en el grupo del estudio varió de 2,5%–5%—todavía muy por encima del riesgo en la población general”, dijo.
La Dra. Lee y colegas también descubrieron que los pacientes que fueron escaneados solo una o dos veces representaron el gran porcentaje de los exámenes. “Este hallazgo muestra que los esfuerzos de reducción de la radiación también se deben enfocar en los que son muy raramente escaneados, y no solo en aquellos que son escaneados de manera repetida”, dijo la Dra. Lee.
La Dra. Lee observó que se realizaron los procedimientos por TC del grupo de estudio entre 2003 y 2007, antes de que los programas de reducción y conciencia de la dosis de radiación como Image Wisely e Image Gently empezaran a funcionar. Reportó que el riesgo de cáncer inducido por radiación de la TC muy probablemente sería menor hoy, haciendo que la diferencia en la mortalidad fuera aún más pronunciada. “No estamos diciendo que seamos complacientes acerca del riesgo de la radiación de la TC”, añadió la Dra. Lee. “Sino que esas personas que están siendo escaneadas deben haber estado en un accidente automovilístico, o tener un apéndice perforado o cáncer que amenace la vida, y estamos tratando de ganar información de los exámenes que las pueden ayudar. Esa es la parte que no se tiene en cuenta en el debate”.
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Harvard Medical School