Variaciones genéticas permiten predecir riesgo de toxicidad inducida por radiación

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 04 Sep 2014
Unas variantes genéticas clave pueden afectar la forma como los pacientes con cáncer responden a los tratamientos con radiación, según una investigación reciente. Los científicos descubrieron que unas diferencias en el gen TANC1 (repetición de tetratricopéptido, repetición de ankyrin y bobina embobinada que contiene 1) se relacionan con un mayor riesgo de que los pacientes con cáncer de próstata presenten ciertos efectos secundarios que son reforzados por la radiación, como impotencia, diarrea e incontinencia.

Estos resultados, publicados en julio de 2014 en la revista Nature Genetics, se basan en un estudio de asociación del genoma total, un tipo de estudio en el cual los investigadores estudiaron una diversidad de variantes genéticas para ver si alguna de ellas estaba relacionada con algún tipo específico de complicación, la cual podría aparecer, a veces, años después de finalizar el tratamiento.

“Nuestros hallazgos, que fueron replicados en dos grupos de pacientes adicionales, representan un paso significativo hacia el desarrollo de planes personalizados de tratamiento para los pacientes con cáncer de próstata”, dijo el investigador principal del Monte Sinaí, quien participó en el estudio, Barry S. Rosenstein, PhD, profesor de oncología radioterápica, genética y ciencias genómicas de la Facultad de Medicina Icahn de Mount Sinaí (Nueva York, NY, EUA). “Dentro de cinco años, mediante el uso de una prueba predictiva genómica que se habrá creado, usando la información obtenida en este reciente estudio, puede que sea posible optimizar el tratamiento de un gran número de pacientes con cáncer”.

Para el estudio, el Dr. Rosenstein y sus colegas obtuvieron muestras de sangre de cerca de 400 pacientes que estaban recibiendo tratamiento de radioterapia para el cáncer de próstata. Las muestras de sangre fueron analizadas para buscar aproximadamente un millón de marcadores genéticos y cada paciente fue monitorizado durante al menos dos años para detectar los incidentes correspondientes a efectos secundarios de la radiación. El análisis de la información reveló que los marcadores genéticos se asociaron de forma consistente con el desarrollo de complicaciones después de la radioterapia.

“El siguiente paso es la validación de los resultados y ver si los mismos marcadores predicen respuestas similares en pacientes con otras formas de cáncer”, dijo el Dr. Rosenstein. Con el uso de la prueba genómica que se está desarrollando, se pueden ajustar los planes de tratamiento para reducir los efectos adversos, permitiendo así tener una mejor calidad de vida a muchos sobrevivientes de cáncer.

Enlace relacionado:
Icahn School of Medicine at Mount Sinai



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