Exámenes de mama en mujeres mayores de 70 no resulta en caída de enfermedad avanzada
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 29 Oct 2014
Los exámenes de mama para las mujeres de más de 70 años no promueven una caída brusca en la enfermedad avanzada. Por el contrario, puede conducir a sobrediagnósticos, sugieren nuevos hallazgos por investigadores holandeses.Actualizado el 29 Oct 2014
Los investigadores dirigidos por un equipo con sede en el Centro Médico de la Universidad de Leiden (Holanda; www.lumc.nl) presentaron sus datos en la Conferencia de Prevención de los Sobrediagnósticos, que se realizó entre el 15 y el 17 de septiembre de 2014, en Oxford (Reino Unido), donde expertos de todo el mundo discutieron cómo manejar la amenaza a la salud y la pérdida de dinero causada por la atención innecesaria. La conferencia fue organizada por el Centro de Medicina Basada en Evidencia de la Universidad de Oxford (Reino Unido), en colaboración con la campaña “Demasiada Medicina” de la revista British Medical Journal (BMJ).
El límite máximo de edad para el programa de detección nacional del cáncer de mama se extendió a las mujeres de 69 a 75 años de edad en 1998 en los Países Bajos, y las directrices nacionales recomiendan ahora examinar a las mujeres hasta la edad de 75 años. Esto, a pesar de que no existen pruebas sólidas que muestran que examinar a las mujeres mucho mayores es eficaz, según los investigadores, debido a la escasez de este grupo de edad en ninguno de los ensayos clínicos en los que se fundamenta la política. Sin embargo, el cáncer de mama es el cáncer más común y la principal causa de muerte por cáncer en mujeres en todo el mundo. Además, como la población envejece, el porcentaje de mujeres de edad avanzada que son diagnosticadas con la enfermedad va a aumentar en el mundo desarrollado.
Por tanto, los investigadores se dispusieron a encontrar si el programa nacional de detección primaria de cáncer de mama en los Países Bajos había tenido un impacto significativo en el número de cánceres de etapa tardía entre los 70-75 años de edad-un sello del éxito. Los investigadores supervisaron todos los nuevos casos de cáncer de mama, invasivo y no invasivo (in situ), diagnosticados en este grupo de edad a partir de 1995 hasta 2011, utilizando los datos del Registro de Cáncer de los Países Bajos. Separaron los casos en el período antes (1995-7), después (2003-11), y en el medio (1998-2002) de la introducción del programa nacional de detección primaria, que llegó a casi 25.500 mujeres en total. Además, incluyeron 13.000 mujeres de edades 76-80 años, para tener en cuenta cualquier cambio en la incidencia de cáncer de mama entre las mujeres de mayor edad no elegibles para el programa nacional de detección primaria.
Análisis de los datos mostró que los nuevos casos de cáncer de mama en estadio precoz entre las mujeres de 70-75 años de edad aumentaron considerablemente después de la introducción nacional de la detección primaria, de 248,7 a 362,9 por cada 100.000 mujeres. Sin embargo, aunque hubo una disminución sustancial en el número de nuevos casos de cáncer de mama avanzado, la disminución absoluta fue pequeña; pasando de 58,6 antes, a 51,8 casos por cada 100.000 mujeres después de la introducción del programa nacional de detección primaria.
Entre las ancianas de 76 a 80 años, los nuevos casos de la enfermedad en etapa temprana se redujo ligeramente, pero el número de nuevos casos de cáncer de mama avanzados no cambió. Los investigadores calcularon, con base en las cifras, que por cada cáncer avanzado detectado por cribado entre las personas de 70 a 75 años, se identificaron alrededor de 20 “extras” o sea tumores en estadío inicial “sobrediagnosticados” algo que los investigadores describen como una “proporción considerable”.
El sobrediagnóstico y el sobretratamiento son importantes, enfatizaron los investigadores, ya que pueden socavar la calidad de vida, y porque las personas mayores son más susceptibles a los efectos secundarios del tratamiento del cáncer de mama. Además, vienen con un costo potencialmente enorme a cambio de pocos beneficios obvios de salud, señalaron los investigadores. “En lugar de utilizar programas de detección masivos, la decisión de participar en los programas de detección, debe ser personalizada, con base en la esperanza de vida restante, el riesgo de cáncer de mama, el estado funcional y las preferencias de los pacientes”, concluyeron los autores.
Los hallazgos del estudio fueron publicados el 16 de septiembre 2014, en la revista British Medical Journal (BMJ).
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Leiden University Medical Centre