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Angiografía coronaria por TC muestra relación entre placa de arterias coronarias y enfermedad hepática

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 26 Dec 2014
Los investigadores que utilizan imagenología de angiografía coronaria obtenidas por tomografía computarizada (ACTC) han encontrado una estrecha correlación entre la placa de la arteria coronaria de alto riesgo y una enfermedad hepática común. La investigación reveló que una sola tomografía computarizada puede detectar ambos trastornos.

Investigaciones anteriores habían demostrado que la ACTC permite identificar la placa coronaria de alto riesgo, o placa propensa a rupturas que pueden ser letales. Para este nuevo estudio, los investigadores examinaron la relación existente entre la placa de alto riesgo y la enfermedad de hígado graso sin alcoholismo (NASH), un trastorno caracterizado por el funcionamiento anormal del hígado sin relación con el consumo excesivo de alcohol. La NASH es la enfermedad hepática más frecuente, con una prevalencia estimada de 20% a 30% entre la población general.

Imagen A: Unas imágenes de angiografía coronaria por TC muestran ejemplos de placas con características de alto riesgo. La imagen A se obtuvo en un hombre de 63 años de edad, con placa parcialmente calcificada, remodelado positivo (flecha vertical) y distribución irregular del calcio (flecha horizontal). La imagen B es una vista del corte transversal de una placa no calcificada de un hombre de 65 años de edad y muestra una señal en forma de anillo de servilleta con un área central de atenuación baja, rodeada por un borde periférico de atenuación más alta (flecha) junto a la luz (*). La imagen C es de una mujer de 60 años de edad, con placa parcialmente calcificada y muestra un número bajo de TC (flecha) en la porción media (Fotografía cortesía de la revista Radiology).
Imagen A: Unas imágenes de angiografía coronaria por TC muestran ejemplos de placas con características de alto riesgo. La imagen A se obtuvo en un hombre de 63 años de edad, con placa parcialmente calcificada, remodelado positivo (flecha vertical) y distribución irregular del calcio (flecha horizontal). La imagen B es una vista del corte transversal de una placa no calcificada de un hombre de 65 años de edad y muestra una señal en forma de anillo de servilleta con un área central de atenuación baja, rodeada por un borde periférico de atenuación más alta (flecha) junto a la luz (*). La imagen C es de una mujer de 60 años de edad, con placa parcialmente calcificada y muestra un número bajo de TC (flecha) en la porción media (Fotografía cortesía de la revista Radiology).
Imagen B: Imagen axial de TC no realzada de un hombre de 62 años de edad que muestra mediciones de atenuación del hígado y el bazo. La imagen muestra una acumulación de grasa difusa en el hígado, con una atenuación hepática media de 32,5 HU y una atenuación media del bazo de 46,2 HU (Fotografía cortesía de la Sociedad Radiológica de Norteamérica / Radiology).
Imagen B: Imagen axial de TC no realzada de un hombre de 62 años de edad que muestra mediciones de atenuación del hígado y el bazo. La imagen muestra una acumulación de grasa difusa en el hígado, con una atenuación hepática media de 32,5 HU y una atenuación media del bazo de 46,2 HU (Fotografía cortesía de la Sociedad Radiológica de Norteamérica / Radiology).

“Como se sabe que la aterosclerosis está asociada con la inflamación, nuestro siguiente paso fue buscar una relación entre las placas de alto riesgo y otras afecciones inflamatorias sistémicas como el hígado graso sin alcoholismo”, dijo el autor principal del estudio, Stefan B. Puchner, MD, del Hospital General de Massachusetts (MGH; www.massgeneral.org) y la Facultad de Medicina de Harvard (ambos con sede en Boston, MA, EUA) y de la Universidad Médica de Viena (Austria; www.meduniwien.ac.at). “Curiosamente, ambas patologías pueden ser detectadas en un mismo examen por TC”.

Los investigadores, quienes publicaron sus hallazgos en línea el 4 de noviembre de 2014, en la revista Radiology, vincularon pacientes de un gran estudio centrado en el uso de la ACTC para personas que habían llegado a la sala de urgencias con dolor torácico agudo. A estos pacientes se les realizó una TC no-realzada, para evaluar el calcio coronario, un marcador de la aterosclerosis y una ACTC realzada con contraste. Los lectores evaluaron las imágenes de la ACTC para detectar signos de la placa de alto riesgo.

En total, 182 (40,9%) de los 445 pacientes incluidos en el estudio mostraron en la TC evidencia de hígado graso sin alcoholismo. Se observó placa de alto riesgo en el 59,3% de los pacientes con NASH, en comparación con sólo el 19% de aquellos que no tenían hígado graso sin alcoholismo. La relación entre el hígado graso sin alcoholismo y la placa de alto riesgo persistió después de hacer ajustes para el grado y la gravedad de la aterosclerosis coronaria y los factores de riesgo tradicionales.

Los resultados sugieren que la placa de alto riesgo y la NASH son ambas parte de un mismo proceso de enfermedad sistémica, el síndrome metabólico. “Las implicaciones clínicas podrían incluir una evaluación más amplia del hígado graso sin alcoholismo mediante los exámenes de TC cardíaca sin contraste que se realizan comúnmente antes de la ACTC”, dijo. “Además, la evaluación adicional de la NASH con la TC podría mejorar la estratificación del riesgo de los pacientes con sospecha de enfermedad coronaria, ya que nuestros resultados muestran que la NASH se asocia con la presencia de placa coronaria de alto riesgo, independientemente de la valoración de los factores de riesgo tradicionales y de la gravedad de la enfermedad de las arterias coronarias”.

Los investigadores planean ampliar el estudio fuera del entorno de los servicios de urgencias para ver si los resultados son aplicables a otras categorías de la población en general. Ellos también esperan aprender más acerca de por qué la NASH es tan frecuente entre las personas con aterosclerosis coronaria avanzada de alto riesgo. Una teoría que prevalece es que ambas enfermedades son consecuencia de la inflamación sistémica, un estado inflamatorio que afecta a diversos órganos y puede conducir a trastornos mortales.

“El objetivo será investigar más a fondo y entender, con la ayuda de la ACTC, la interacción entre la aterosclerosis avanzada y la NASH como parte de una compleja afección inflamatoria sistémica”, concluyó el Dr. Puchner.


Enlaces relacionados:
Massachusetts General Hospital
Medical University of Vienna


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