Cirugía de menisco puede producir artritis y pérdida del cartílago

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 26 Jan 2015
Un procedimiento quirúrgico ampliamente usado para reparar los desgarros de los meniscos puede aumentar el riesgo de osteoartritis y pérdida de cartílago, en algunos pacientes, de acuerdo con una nueva investigación. En el estudio, el 100% de las rodillas en que se practicó la cirugía desarrollaron artritis, posteriormente, en comparación con el 59% de aquellos que tenían daño meniscal, pero en quienes no se practicó la cirugía.

Las conclusiones del estudio fueron presentadas el 3 de diciembre de 2014, durante el congreso anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA), celebrado en Chicago (IL, EUA). Los resultados muestran que la decisión de realizar la cirugía requiere una consideración cautelosa para evitar la aparición de enfermedades más rápido, informaron los investigadores. El nuevo estudio se centró en el menisco, una porción en forma de cuña del cartílago en la rodilla que actúa como un amortiguador entre el fémur y la tibia. Los dos meniscos en cada rodilla también juegan un papel importante en la estabilidad de la articulación. Los desgarros de los meniscos son algunas de las lesiones de rodilla más comunes, y la cirugía se realiza con frecuencia para disminuir el dolor.

Imagen A: Ejemplos de desgarros meniscales y situación después de la cirugía. La imagen sagital, saturada en grasa, intermedia, muestra un desgarro del menisco típico, horizontal-oblícuo, del cuerno posterior que alcanza la superficie inferior del menisco (flechas) (Fotografía cortesía de la RSNA).

“La cirugía de menisco es uno de los procedimientos ortopédicos más comunes que se realizan para aliviar el dolor y mejorar la función articular”, dijo Frank W. Roemer, MD, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston (Boston, MA, EUA) y la Universidad de Erlangen-Nuremberg (Erlangen, Alemania). “Sin embargo, cada vez está emergiendo más evidencia que sugiere que la cirugía de los meniscos puede ser bastante perjudicial para la articulación de la rodilla”.

El Dr. Roemer y sus colegas examinaron los datos de la Iniciativa Osteoartritis, un gran estudio observacional, en curso, de la incidencia y la progresión de osteoartrosis de la rodilla. Los pacientes del estudio tenían en promedio 60,2 años de edad y predominantemente sobrepeso, con un índice de masa corporal (IMC) de 28,3. Aproximadamente dos tercios de los pacientes eran mujeres.

Los investigadores evaluaron exámenes de resonancia magnética (RM) de 355 rodillas que desarrollaron osteoartritis durante un período de cinco años, y un grupo control que correspondía por edad, sexo, gravedad de artritis en ambas rodillas e IMC. De todas las rodillas, en 31 se practicó la cirugía de menisco durante el año previo al diagnóstico de la artritis, y 280 de las rodillas tenían signos de daño meniscal en la RM, pero no se habían hecho la cirugía. Además, parte del estudio incluyó casos control sin daño meniscal. Los investigadores evaluaron el riesgo de desarrollar artritis y pérdida de cartílago durante el año siguiente, para los distintos grupos.

“Encontramos que los pacientes sin osteoartrosis de rodilla en que se practicó la cirugía de menisco tuvieron un gran aumento en el riesgo de desarrollar osteoartritis y pérdida del cartílago en el año siguiente, en comparación con aquellos que en que no se practicó la cirugía, independientemente de la presencia o ausencia de un desgarro de menisco en el año anterior”, dijo el Dr. Roemer.

Todas las 31 rodillas en que se practicó la cirugía de menisco durante el año previo desarrollaron osteoartritis, en comparación con 165 (59%) de las rodillas con lesiones de menisco en que no se practicó la cirugía. Por otra parte, la pérdida de cartílago era mucho más común entre las rodillas en que se hizo la cirugía: el 80,8% de las rodillas con cirugía mostró pérdida de cartílago, en comparación con el 39,5% de las rodillas con lesiones de menisco y sin cirugía.

Una alternativa a la cirugía es el tratamiento conservador. En el tratamiento conservador, se recomienda realizar terapia física con el fin de ayudar a mantener y recuperar la fuerza muscular y la amplitud de movimiento. Los síntomas se tratan normalmente con hielo y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos.

“Las indicaciones para la cirugía de menisco deberían ser discutidas con más cuidado a fin de evitar la degeneración articular acelerada de la rodilla”, concluyó el Dr. Roemer.

Enlaces relacionados:

Boston University School of Medicine

University of Erlangen-Nuremberg



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