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Recomendaciones de radiólogos para TC del tórax conducen a hallazgos importantes

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 04 Feb 2015
Una proporción significativa de los pacientes que reciben las recomendaciones del radiólogo para que se les realice una tomografía computarizada (TC) del tórax, con el fin de evaluar hallazgos anormales observados en las radiografías de tórax de pacientes ambulatorios, tienen resultados clínicamente relevantes, como un cáncer, según una investigación reciente. Los investigadores han informado que sus resultados demuestran que las recomendaciones del radiólogo en cuanto a obtener imágenes adicionales (RAI), después de estudiar las radiografías de tórax representan valiosas contribuciones a la atención que se presta al paciente.

El estudio fue publicado en línea el 22 de diciembre de 2014, en la revista Radiology. Las RAI, que han aumentado un 200% desde 1995, han sido debatidas recientemente en cuanto el campo de la salud se transforma de un mercado de volumen a otro de modelos de pago según el valor. Este escrutinio hace que para la comunidad radiológica sea cada vez más importante confirmar el impacto clínico de sus estudios, de acuerdo con el autor del estudio, Tarik K. Alkasab, MD, PhD, del Hospital General de Massachusetts (MGH) y de la Facultad de Medicina de Harvard (ambas con sede en Boston, MA, EUA). “Ha habido una gran cantidad de investigación acerca de por qué los radiólogos recomiendan un examen con imágenes, pero muy poca sobre los resultados obtenidos con los exámenes que ellos recomiendan”, dijo el Dr. Alkasab. “Los estudios anteriores han sido muy amplios, por lo cual en nuestro estudio hemos tratado de centrarnos en un escenario clínico específico”.

Imagen A: Una imagen de tomografía computarizada del tórax que muestra los pulmones (Fotografía cortesía del Hospital General de Massachusetts).
Imagen A: Una imagen de tomografía computarizada del tórax que muestra los pulmones (Fotografía cortesía del Hospital General de Massachusetts).
Imagen B: Ejemplos de las lesiones observadas en imágenes de radiografías del tórax que llevaron a una recomendación para la TC de tórax y la anormalidad correspondiente en la TC de tórax. (a, b) En el primer ejemplo, se ve que una opacidad nodular (flecha sobre a) que sobresale de la novena costilla posterior derecha del tórax en la imagen radiográfica de una mujer de 50 años de edad que se presentó con tos; el examen de TC del tórax recomendado mostró que se trataba de una callosidad de una fractura de una costilla distante (flecha b). (c, d) En el segundo ejemplo, se ve que una opacidad nodular (flecha sobre c) sobresale de la primera costilla izquierda anterior en la imagen radiográfica del tórax de un hombre de 53 años de edad, ex fumador, que se presentó con tos; el examen de TC de tórax recomendado mostró que se trataba de un nódulo sospechoso en el segmento apical posterior del lóbulo superior izquierdo (flecha sobre d). En la resección, éste resultó ser un adenocarcinoma bien diferenciado del pulmón (Fotografía cortesía de RSNA).
Imagen B: Ejemplos de las lesiones observadas en imágenes de radiografías del tórax que llevaron a una recomendación para la TC de tórax y la anormalidad correspondiente en la TC de tórax. (a, b) En el primer ejemplo, se ve que una opacidad nodular (flecha sobre a) que sobresale de la novena costilla posterior derecha del tórax en la imagen radiográfica de una mujer de 50 años de edad que se presentó con tos; el examen de TC del tórax recomendado mostró que se trataba de una callosidad de una fractura de una costilla distante (flecha b). (c, d) En el segundo ejemplo, se ve que una opacidad nodular (flecha sobre c) sobresale de la primera costilla izquierda anterior en la imagen radiográfica del tórax de un hombre de 53 años de edad, ex fumador, que se presentó con tos; el examen de TC de tórax recomendado mostró que se trataba de un nódulo sospechoso en el segmento apical posterior del lóbulo superior izquierdo (flecha sobre d). En la resección, éste resultó ser un adenocarcinoma bien diferenciado del pulmón (Fotografía cortesía de RSNA).

El Dr. Alkasab y sus colegas examinaron las radiografías de tórax, uno de los estudios de imágenes para diagnóstico más ampliamente realizado a los pacientes ambulatorios en los Estados Unidos. Hasta el 50% de todas las RAI identificadas en los exámenes para diagnóstico torácico provienen de radiografías de tórax realizadas previamente. Los investigadores examinaron más de 29.000 informes de las radiografías de tórax realizadas a pacientes ambulatorios, en un gran centro académico durante más de un año, para identificar cuáles estudios incluían una recomendación para efectuar una TC de tórax. Encontraron que los radiólogos que interpretan las radiografías de tórax de los pacientes ambulatorios recomendaron una TC en el 4,5% de los casos, resultado que encaja con las investigaciones existentes. Una mayor edad del paciente o antecedentes de tabaquismo se asociaron con una mayor probabilidad de que se recomiende una TC de tórax.

Cuando los investigadores examinaron las tomografías computarizadas de tórax obtenidas dentro del año posterior a la radiografía de tórax inicial, descubrieron que el 41,4% permitió detectar la anomalía correspondiente, la cual requirió tratamiento o mayor estudio para el diagnóstico. Uno de cada 13 generó una anomalía correspondiente y por lo tanto una neoplasia maligna de reciente diagnóstico, validada mediante biopsia.

“En esta era de la preocupación sobre el riesgo de las dosis de radiación, estos hallazgos sugieren que el bajísimo riesgo previsto de cáncer inducido por la radiación asociado a una TC de tórax es varios órdenes de magnitud menor que los posibles beneficios clínicos”, dijo el coautor del estudio, H. Benjamin Harvey, MD, JD, del Hospital General de Massachusetts y de la Facultad de Medicina de Harvard. “Si un médico remitente ve la recomendación de efectuar una TC de tórax, debería asegurarse de que al paciente le practiquen las imágenes recomendadas”.

A más de un tercio de los pacientes incluidos en el estudio a quienes se les recomendó efectuar una tomografía computarizada de tórax para seguimiento no se les realizó el examen en el lapso de un año, un descuido que podría dar lugar a diagnósticos demorados o equivocados, dijeron los investigadores. “Se necesita más investigación para entender las posibles razones de esta escasa y nada óptima adherencia a las RAI propuestas después de estudiar una radiografía de tórax”, dijo el Dr. Harvey. “Una de las cosas que estamos viendo es cómo el lenguaje de una recomendación afecta la adherencia a esa recomendación”.

Los investigadores esperan que su estudio ayude a aumentar la conciencia respecto a la importancia de la TC de seguimiento. “Estos resultados muestran que los radiólogos deben estar seguros de que sus recomendaciones están agregando valor y protección a sus pacientes”, concluyó el Dr. Alkasab.

Enlace relacionado:
Massachusetts General Hospital




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