Procedimiento de radiología conserva el útero en mujeres con placenta acreta

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 16 Feb 2015
Los investigadores reportaron recientemente que un procedimiento puede conservar la fertilidad y potencialmente, salvar la vida de mujeres con una complicación seria del embarazo, llamada placenta acreta. Los nuevos hallazgos revelaron que el posicionamiento de globos en la arteria principal de la pelvis de la madre antes de la cirugía de cesárea protege contra la hemorragia y es segura, tanto para la madre como para el bebé.

Los hallazgos del nuevo estudio fueron presentados en el congreso anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA), que se celebró del 30 noviembre al 5 de diciembre, 2014, en Chicago (IL, EUA). La placenta acreta, un trastorno en el cual la placenta se implanta anormalmente en el útero, puede originar complicaciones adicionales, incluyendo hemorragia obstétrica masiva durante el parto. La extirpación quirúrgica del útero, llamada histerectomía, es necesaria, normalmente, para controlar dicho sangrado. “La hemorragia obstétrica masiva es la principal causa de mortalidad materna en todo el mundo y la implantación anormal de la placenta es un factor de riesgo importante para esto”, dijo Patrick Nicholson, MB, BCH, un aprendiz de radiólogo intervencionista en el Hospital de la Universidad de Cork (Cork, Irlanda).

Las pacientes con implantación anormal de la placenta en el hospital del Dr. Nicholson son tratadas por un equipo multidisciplinario que planea tanto, un parto por cesárea electiva y la colocación profiláctica del balón en la arteria ilíaca interna, bajo guía fluoroscópica. Inmediatamente antes del parto por cesárea de la paciente, un radiólogo intervencionista utiliza técnicas especializadas para insertar globos en las dos arterias ilíacas internas en la pelvis que irrigan el útero con el flujo de sangre. “Tras el nacimiento del bebé, estos globos se pueden inflar para frenar el flujo de sangre hacia el útero, lo que le da al obstetra el tiempo necesario para obtener el control de la hemorragia”, dijo el Dr. Nicholson.

Para su estudio, el Dr. Nicholson revisó retrospectivamente las historias clínicas de todas las pacientes con implantación anormal de la placenta en que se colocaron balones en la arteria ilíaca interna profilácticamente, desde 2009. Durante un período de 44 meses, el hospital trató a 21 pacientes (edad media, 35 años) que se sometieron a la colocación del balón, seguida por un parto por cesárea inmediato. En 13 de los 21 partos, los globos arteriales estaban inflados y cuando ya no fueron necesarios, se desinflaron y se retiraron de las pacientes. El procedimiento de radiología intervencionista fue un éxito técnico en el 100% de los casos. Sin embargo, a pesar del uso de los globos, dos de los pacientes requirieron una histerectomía. “Sin los globos, muchas más de los pacientes probablemente habrían requerido una histerectomía”, dijo el Dr. Nicholson.

No hubo complicaciones fetales o maternas resultantes del procedimiento intervencionista. “Somos el primer grupo que informa sobre los resultados fetales asociadas a la colocación interna profiláctica de globos en las arterias ilíacas”, dijo el Dr. Nicholson. “No hubo resultados adversos para los bebés, como resultado de este procedimiento”.

Según el Dr. Nicholson, la incidencia de la implantación anormal de la placenta ha ido aumentando de forma constante durante los últimos años. “Los riesgos de placenta adherida y sus variaciones aumentan con la edad de la mujer, partos anteriores por cesáreas y fertilización in vitro, todos los cuales esperamos ver más en las próximas décadas”, dijo. “Hay claramente una necesidad de más investigación en este campo”.

El Dr. Nicholson señaló que los resultados del estudio se suman a un creciente cuerpo de evidencia de que los embarazos de implantación de la placenta de alto riesgo se manejan mejor en un entorno multidisciplinar. “Esta investigación pone de relieve el valor de la radiología intervencionista en el manejo de esta condición muy grave, de alto riesgo, para controlar el sangrado y las complicaciones maternas y fetales”, concluyó el Dr. Nicholson.

Enlace relacionado:
Cork University Hospital



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