RM revela que niños entre 1 y 4 años con autismo tienen más probabilidad de tener amígdala grande
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 07 Aug 2009
Los niños entre 1 y 4 años con autismo parecen tener más probabilidad de tener una amígdala agrandada, una región cerebral asociada con funciones como el procesamiento de los gestos y la emoción, de acuerdo con una investigación reciente. Además, esta anormalidad cerebral parece estar asociada con la capacidad de compartir atención con otros, una capacidad esencial que se cree predice la función social y del lenguaje en los niños con autismo. Actualizado el 07 Aug 2009
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (EUA), fue publicado en la edición de Mayo de la revista Archives of General Psychiatry”. El autor principal del artículo es Matthew W. Mosconi, Ph.D., del Centro de Investigación de Enfermedades del Neurodesarrollo UNC. Joseph Piven, M.D., director del Instituto Carolina para las discapacidades del Desarrollo en UNC, es el autor corresponsal y jefe del estudio. "El autismo es una enfermedad compleja del neuro-desarrollo involucrando probablemente sistemas cerebrales múltiples”, dijo el Dr. Piven, que también es un profesor de psiquiatría y pediatría en la Escuela de Medicina UNC y en el departamento de psicología del Colegio UNC de Artes y Ciencias. "La evidencia convergente de resonancia magnética [RM], la circunferencia de la cabeza, y estudios postmortem sugiere que el aumento en el volumen cerebral es una característica del autismo, empezando probablemente en la última parte del primer año de vida”. Basados en su función y estudios de cambios en su estructura, la amígdala ha sido identificada como un área cerebral potencialmente asociada con el autismo.
Los Drs. Mosconi, Piven, y colegas realizaron un estudio de RM en 50 niños autistas y 33 niños control. A los niños se les hicieron exámenes cerebrales y se les analizaron ciertas características de autismo en edades de dos a cuatro años. Esto incluyó una medición de la atención conjunta, que incluye seguir la mirada de otra persona para iniciar una experiencia compartida.
En comparación con los niños en el grupo control, los niños con autismo tuvieron más probabilidad de tener aumento de la amígdala a los dos y cuatro años de edad. "Esos hallazgos sugieren que, consistente con un reporte previo de tasas de crecimiento de la circunferencia de la cabeza en el autismo y estudios del volumen de la amígdala en la infancia, las trayectorias de crecimiento de la amígdala están aceleradas antes de los dos años de edad en el autismo y permanece agrandada durante la infancia”, escribieron los autores. "Además, el aumento de la amígdala en los niños de dos años con autismo es desproporcionado al aumento total del cerebro y permanece desproporcionado a la edad de cuatro años”.
Entre los niños autistas, el volumen de la amígdala estuvo asociada con un aumento en la capacidad de atención conjunta a los cuatros años de edad. Esto sugiere que las alteraciones de esta estructura cerebral pueden estar asociadas con un déficit principal en el autismo, anotaron los autores. "La amígdala juega un papel crítico en el procesamiento de la expresión facial a edad temprana y en alertar áreas corticales al significado emocional de un evento”, reportaron los investigadores en su artículo. "Las alteraciones de la amígdala al comienzo del desarrollo, por lo tanto, interrumpe la asignación apropiada del significado emocional de los gestos y la interacción social”.
El seguimiento continuo de participantes de investigación, ahora en progreso, ayudará a determinar si las tasas de crecimiento de la amígdala continúan a la misma velocidad o si se someten a otro periodo de crecimiento acelerado o un periodo de crecimiento desacelerado después de los cuatro años, de acuerdo con los investigadores.
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University of North Carolina at Chapel Hill