Bebidas energéticas alteran el funcionamiento cardiaco
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 14 Jan 2014
Las tasas de contracción del corazón de los adultos sanos que consumieron bebidas energéticas con altas concentraciones de taurina y cafeína, aumentaron significativamente una hora después.Actualizado el 14 Jan 2014
Estos nuevos hallazgos fueron presentados el 2 de diciembre de 2013 en el congreso anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA), celebrada en Chicago (IL, EUA). “Hasta ahora, no habíamos sabido exactamente el efecto que estas bebidas energéticas tenían sobre el funcionamiento del corazón”, dijo el residente de radiología, Jonas Dörner, MD, de la sección de imágenes cardiovasculares de la Universidad de Bonn (Alemania), quien es dirigido por el investigador principal del estudio, Daniel K. Thomas, MD. “Hay preocupaciones sobre los posibles efectos secundarios adversos de estos productos sobre el funcionamiento del corazón, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes, pero hay poca o ninguna reglamentación para la venta de bebidas energéticas”.

Imagen: Para visualizar el marcaje de una RM cardiaca, se muestra a la izquierda un corte transversal del corazón con la técnica de imagen común y a la derecha un miocardio marcado utilizando CSPAMM (modulación de la magnetización espacial complementaria) (Fotografía cortesía de la RSNA).
Las bebidas energéticas representan una industria multimillonaria que está aumentando cada día. Mientras que los adolescentes y adultos jóvenes han sido tradicionalmente los mayores consumidores, recientemente más personas de todos los grupos demográficos se han iniciado en el consumo de bebidas energéticas. Un informe de 2013 de la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias de los EUA afirma que desde 2007 hasta 2011, en los Estados Unidos, el número de consultas, al servicio de urgencias, relacionadas con el consumo de bebidas energéticas casi se duplicó, pasando de 10.068 a 20.783. La mayoría de los casos correspondieron a pacientes de 18 a 25 años de edad, seguidos de los de 26 a 39 años.
“Por lo general, las bebidas energéticas contienen taurina y cafeína como sus principales ingredientes farmacológicos”, dijo el Dr. Dörner. “La cantidad de cafeína es hasta tres veces mayor que en otras bebidas con cafeína como el café o el refresco de cola. Hay muchos efectos secundarios que se sabe que están asociados con un alto consumo de cafeína, como la frecuencia cardíaca acelerada, palpitaciones, aumento de la presión arterial y, en los casos más graves, convulsiones o muerte súbita”.
El Dr. Dörner y sus colegas emplearon imágenes por resonancia magnética (RM) cardiaca en este estudio en curso para evaluar el efecto del consumo de bebidas energéticas sobre la función cardiaca de 18 voluntarios sanos, 15 hombres y 3 mujeres, con una edad media de 27,5 años. A cada uno de los voluntarios se les realizó una resonancia magnética cardiaca antes y una hora después de consumir una bebida energética con un contenido de cafeína (32 mg/100 ml) y taurina (400 mg/100 ml).
En comparación con las imágenes de referencia, los resultados de la RM cardíaca practicada una hora después de que los participantes del estudio consumieron la bebida energética revelaron velocidades de deformación pico y de deformación sistólica pico (mediciones de contractilidad) del ventrículo izquierdo del corazón, significativamente mayores. El ventrículo izquierdo del corazón recibe la sangre oxigenada de los pulmones y la bombea a la aorta, que la distribuye a todo el resto del cuerpo. “No sabemos exactamente cómo, o si esta mayor contractilidad del corazón afecta las actividades diarias o el rendimiento deportivo”, dijo el Dr. Dörner. “Necesitamos más estudios para entender este mecanismo y para determinar cuánto tiempo dura el efecto de la bebida energética”.
Los investigadores no descubrieron disparidades sustanciales en la presión arterial, la frecuencia cardíaca ni la cantidad de sangre expulsada por el ventrículo izquierdo del corazón entre el valor inicial y el del segundo examen con MRI de los participantes. “Hemos demostrado que el consumo de bebidas energéticas tiene un impacto a corto plazo sobre la contractilidad cardiaca”, dijo el Dr. Dörner. “Se necesitan más estudios para evaluar el impacto del consumo de bebidas energéticas a largo plazo y el efecto de tales bebidas en personas con enfermedades del corazón”.
El Dr. Dörner informó que mientras que los riesgos para el corazón a largo plazo por consumir bebidas energéticas son aún desconocidos, aconseja que los niños, así como las personas diagnosticadas con arritmias cardíacas, debieran evitar las bebidas energéticas, pues los cambios en la contractilidad pueden inducir arritmias. Por otra parte, hizo hincapié en que se necesita más investigación para hacer frente a los riesgos que presenta el consumo de bebidas energéticas en combinación con alcohol.
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University of Bonn