Resonancia magnética funcional demuestra supresión neuronal en el autismo
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 09 Jun 2020
Un estudio nuevo de resonancia magnética funcional (fMRI) sugiere que las personas con trastorno del espectro autista (TEA) tienen una supresión neuronal más débil en la corteza visual.Actualizado el 09 Jun 2020
Investigadores de la Universidad de Minnesota (UMN; Minneapolis, EUA), la Universidad de Washington (UW; Seattle, EUA) y otras instituciones, utilizaron tareas conductuales y de resonancia magnética funcional en 28 personas con TEA, que mostraron que tienen una percepción mejorada de estímulos móviles grandes, en comparación con 35 individuos neurotípicos. Las respuestas cerebrales en la corteza visual temprana (CVT) y el complejo temporal medio humano (hMT+) mostraron menos supresión neuronal, pero la espectroscopía de resonancia magnética (MRS) concomitante no mostró diferencias entre los grupos en las señales de los neurotransmisores.
Los investigadores desarrollaron un modelo computacional que podría explicar sus observaciones, así como algunos hallazgos anteriores divergentes. El modelo incorpora la normalización divisiva, así como una ganancia de arriba hacia abajo más estrecha, que podría resultar, por ejemplo, de una ventana de atención más estrecha. Por lo tanto, una supresión neuronal más débil que se refleja en el desempeño de la tarea visual y las medidas de fMRI en el TEA también pueden atribuirse a diferencias en el procesamiento de arriba hacia abajo. El estudio fue publicado el 29 de mayo de 2020 en la revista Nature Communications.
“Nuestro trabajo sugiere que puede haber diferencias en la forma en que las personas con TEA centran su atención en los objetos del mundo visual que podrían explicar la diferencia en las respuestas neuronales que vemos y que pueden estar relacionados con síntomas como hipersensibilidad sensorial”, dijo el autor principal, Michael -Paul Schallmo, PhD, del departamento de psiquiatría de la UMN. “La ganancia neuronal de arriba hacia abajo más estrecha podría, por ejemplo, reflejar diferencias intrínsecas en la atención espacial; las personas con autismo pueden tener ventanas de atención más estrechas en comparación con las personas neuro-típicas”.
El TEA afecta a seis de cada 1.000 niños y ocurre con mayor frecuencia entre los niños que entre las niñas. Los TEA afectan tres áreas diferentes de la vida de un niño: interacción social, comunicación (tanto verbal como no verbal) y comportamientos e intereses. Los tres tipos principales son el síndrome de Asperger, el trastorno generalizado del desarrollo, no especificado (PDD-NOS) y el trastorno autista. El DSM-5 también incluyó dos afecciones autistas poco frecuentes pero graves, llamadas síndrome de Rett y trastorno desintegrativo infantil.
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Universidad de Minnesota
Universidad de Washington