La resonancia magnética proporciona un sistema de alerta temprana para el crecimiento del glioblastoma
Actualizado el 15 Oct 2024
Un nuevo estudio ha demostrado el potencial de combinar la imagenología con la radiación para dar forma al tratamiento del glioblastoma en tiempo real. La investigación es la primera en cuantificar los cambios tumorales en pacientes con glioblastoma sometidos a radioterapia guiada por resonancia magnética (RM) una técnica novedosa conocida como acelerador lineal guiado por RM o RM-Linac, que integra imágenes diarias con la radiación. El estudio reveló que la obtención de imágenes diarias puede servir como un sistema de detección temprana del crecimiento tumoral durante el tratamiento, ofreciendo una señal más oportuna que las imágenes estándar. Este hallazgo sugiere que la RM-Linac podría usarse en el futuro para adaptar rápidamente el tratamiento durante la radioterapia.
Los investigadores del Centro Oncológico Integral Sylvester de la Universidad de Miami (Miami, FL, EUA) realizaron un seguimiento de 36 pacientes con glioblastoma durante un ciclo de seis semanas de radioterapia diaria y exploraciones de resonancia magnética utilizando RM-Linac. Los datos de estas exploraciones diarias se compararon con los métodos de diagnóstico por imagen tradicionales, que implican una única resonancia magnética con contraste antes de la radioterapia y otra resonancia magnética un mes después de que finalice el tratamiento. Si bien la RM-Linac se puede utilizar con agentes de contraste, a muchos pacientes les preocupa el uso frecuente de estos metales pesados, por lo que el estudio se realizó utilizando exploraciones diarias sin contraste. Por lo general, la radiación cerebral se guía mediante rayos X o tomografías computarizadas para posicionar al paciente bajo el haz de radiación, pero estas imágenes solo muestran la posición del cráneo. Sin embargo, la RM-Linac permite a los médicos observar cambios dentro del cerebro mismo.
El estudio, publicado en la revista International Journal of Radiation Oncology – Biology – Physics, reveló que en el 74% de los participantes, los resultados de las imágenes obtenidas con RM-Linac coincidieron con los de las imágenes por RM obtenidas antes y después del tratamiento, en las que se evaluaba si los tumores habían crecido, se habían reducido o permanecido estables durante la radiación. En el 26% restante de los pacientes, la RM-Linac detectó el crecimiento del tumor incluso cuando las imágenes estándar sugerían una reducción del tumor. Aunque los escaneos diarios de RM no siempre coincidieron con los resultados de las imágenes con contraste, identificaron con éxito todos los casos de crecimiento tumoral real. Esto indica que la RM-Linac podría utilizarse como una señal temprana de un posible crecimiento tumoral durante la radioterapia, que luego podría confirmarse mediante imágenes de contraste. En última instancia, la tecnología podría permitir ajustes más rápidos del tratamiento en función de los cambios tumorales en tiempo real.
La obtención de imágenes diarias con RM-Linac también podría ser valiosa no solo para detectar el crecimiento tumoral. Si un tumor se está reduciendo, el campo de radiación podría reducirse para apuntar con mayor precisión solo al tejido canceroso. Además, la mayoría de los pacientes con glioblastoma se someten a cirugía antes de la radiación, y el tamaño de la cavidad de resección quirúrgica, donde se extirpó el tumor, a menudo disminuye a medida que el cerebro se cura. Monitorear esta reducción a lo largo del tiempo y ajustar el campo de radiación en consecuencia podría ayudar a proteger el tejido sano. En este estudio, los investigadores monitorearon los cambios tanto en el tamaño del tumor como en la cavidad quirúrgica. El equipo de investigación planea estudios futuros para explorar la capacidad de RM-Linac para guiar las decisiones de tratamiento durante la radioterapia para pacientes con glioblastoma y otros tipos de cáncer cerebral. Dado que pocas clínicas actualmente utilizan RM-Linac para el tratamiento del cáncer cerebral, este estudio es uno de los primeros en mostrar que los glioblastomas pueden cambiar significativamente durante la radioterapia. Los investigadores pretenden aprovechar este conocimiento para mejorar los resultados para los pacientes con esta forma de cáncer a menudo mortal.