Imaginología de esfuerzo cardiaco es más frecuente entre pacientes cuyos médicos cobran por los procedimientos
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 11 Jan 2012
En los Estados Unidos, los pacientes tratados por médicos que cobraron tanto por los elementos técnicos (práctica/equipo) como profesionales (supervisión/ interpretación) de pruebas de esfuerzo nucleares y ecocardiográficas eran más propensos a que les realizaran tales pruebas después de la revascularización coronaria, en comparación con los pacientes de médicos que no cobraron por esos servicios, de acuerdo con un estudio reciente.Actualizado el 11 Jan 2012
Los hallazgos del estudio fueron publicados en la edición del 9 de noviembre de 2011 de la revista Journal of the American Medical Association (JAMA). “Los procedimientos de pruebas de esfuerzo cardiaco realizados en el consultorio pueden permitir pruebas diagnósticas eficientes, más rápidas y el uso de esos procedimientos ha aumentado significativamente durante la última década. Sin embargo, la propiedad del médico del equipo de imaginología también puede inducir potencialmente la realización de pruebas en situaciones más discrecionales, debido a que la inversión de capital para el equipo es alta y esas inversiones deben ser recuperadas por medio de “honorarios técnicos” relacionados con el procedimiento, que cubren el equipo asociado y los costos de la práctica. Han surgido preocupaciones similares acerca de si los médicos que cobran por los honorarios profesionales cubriendo la interpretación de las pruebas podrían referir a sus propios pacientes para esas pruebas con respecto a aquellos que no cobran por esos servicios. Sin embargo, poco se sabe acerca de cómo esos incentivos de reembolso pueden afectar el uso rutinario de las pruebas cardiacas de esfuerzo”, según los autores.
La Fundación del Colegio Americano de Cardiología (ACCF; Rockville, MD, EUA) ha publicado los criterios apropiados de utilización (CAU) para suministrarles guía a los médicos para las pruebas adecuadas. Actualmente las guías CAU no recomiendan las pruebas de rutina en los dos primeros años para los pacientes que se someten a intervención coronaria percutánea (ICP; procedimientos como la angioplastia de balón o la colocación de stent usados para abrir las arterias coronarias estrechas) o dentro de los cinco años siguientes para los pacientes que tienen cirugía de injerto de bypass coronario (CABG), a menos que la necesidad de la prueba de esfuerzo esté motivada por los síntomas o por eventos.
Bimal R. Shah, MD, MBA, del Centro Médico de la Universidad de Duke (Durham, NC, EUA), y colegas evaluaron si hubo una asociación entre los pacientes que se someten a imaginología de esfuerzo cardiaco después de la revascularización y el patrón de cobro de la imaginología de esfuerzo del consultorio médico que suministra el cuidado de seguimiento. Usando los datos de un asegurador de salud de los Estados Unidos, identificaron a 17.847 pacientes por haber tenido revascularización coronaria entre Noviembre de 2004 y Junio de 2007 y un índice de consultas ambulatorias cardiacas de más de 90 días después del procedimiento. Basados en los cobros totales, los médicos fueron clasificados en tres categorías: los médicos que rutinariamente cobraban honorarios técnicos y profesionales; los médicos que regularmente cobraban solo por honorarios profesionales; y los médicos que no cobraban rutinariamente por ningún servicio. Se usaron modelos analíticos para evaluar la asociación entre la cuenta médica y el uso de pruebas de esfuerzo, después de ajustar para el paciente y otros factores del médico.
Durante el periodo del estudio, la incidencia total, a los 30 días, de pruebas nucleares de esfuerzo o ecocardiografía de esfuerzo asociadas con el índice de consultas ambulatorias relacionadas con el corazón, fue de 12,2%, con una incidencia total de 10,4% para pruebas nucleares de esfuerzo y 1,8% para ecocardiografía de esfuerzo. La incidencia de las pruebas nucleares de esfuerzo entre los médicos que cobraban honorarios técnicos y profesionales, honorarios solo profesionales, y ningún honorario por prueba nuclear de esfuerzo fue de 12,6%, 8,8%, y 5,0%, respectivamente. La incidencia de la prueba de ecocardiografía de esfuerzo entre los médicos que cobraban honorarios técnicos y profesionales, honorarios solo profesionales y ningún honorario por ecocardiografía de esfuerzo, fue de 2,8%, 1,4%, y 0,4%, respectivamente.
El análisis de los datos reveló que los médicos que cobraban por honorarios técnicos y profesionales por las pruebas nucleares de esfuerzo y aquellos que cobraban solo honorarios profesionales tuvieron más probabilidad de realizar pruebas nucleares de esfuerzo después de la revascularización que aquellos que no cobraban (13,3% y 9,4% vs. 5,3%). Los médicos que cobraban honorarios técnicos y profesionales por las pruebas de ecocardiografía de esfuerzo o solo honorarios profesionales tuvieron más probabilidad de realizar la prueba de ecocardiografía de esfuerzo después de la revascularización que aquellos que no cobraban (3,1% y 1,5 por ciento vs. 0,5%).
Los investigadores reportaron que aunque las CAU actuales de la ACCF no recomiendan el uso regular de las pruebas de esfuerzo poco después de la revascularización, encontraron que el 12% de los pacientes con una consulta ambulatoria relacionada con el corazón al menos tres meses después de la revascularización se sometieron a una prueba de esfuerzo en los 30 días siguientes de su consulta. Por otra parte, hasta a uno de 10 pacientes que no fueron clasificados por tener síntomas en su consulta ambulatoria se le hicieron pruebas de esfuerzo.
“Nuestro estudio resalta la necesidad de la aplicación de las CAU de la ACCF en la práctica clínica y aumenta los hallazgos de otros estudios que tienen aplicación explícitamente examinada de las CAU de la ACCF para las pruebas de esfuerzo nuclear y de ecocardiografía de esfuerzo. Las CAU de la ACCF proporcionan una guía a los médicos acerca de cuándo realizar pruebas de esfuerzo cardiaco para ayudar a reducir la variación en la prueba entre los clínicos y los consultorios. Las pruebas de esfuerzo discrecionales después de la revascularización tienen potencial financiero y desventajas clínicas para los pacientes, incluyendo el costo de las pruebas, la exposición a la radiación ionizante como el potencial de costos posteriores, y las consecuencias de seguir resultados falso-positivos de las pruebas”, concluyeron los investigadores en su artículo. “Esos datos sugieren la necesidad de la aplicación más amplia de las CAU para minimizar la posible influencia de los incentivos financieros sobre la decisión de realizar pruebas cardiacas de esfuerzo después de la revascularización”.
Enlaces relacionados:
American College of Cardiology Foundation
Duke University Medical Center