Prometedora ecocardiografía para cuantificación del infarto
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 06 Feb 2012
La ecocardiografía de rastreo de moteado (STE, por su sigla en inglés) es una técnica de ecocardiografía relativamente nueva, no invasiva, diseñada para cuantificar el tamaño del infarto.Actualizado el 06 Feb 2012
STE trabaja rastreando el movimiento de marcadores acústicos naturales o “moteados” que están presentes en las imágenes tisulares de ultrasonido gris. Con el uso del software de rastreo de movimiento de pared, se pueden visualizar el movimiento de moteado, y por lo tanto, el movimiento del tejido miocárdico, durante el ciclo cardiaco.
El rastreo de moteado puede usarse para evaluar la tensión miocárdica, que describe la deformación miocárdica durante el ciclo cardiaco. Se ha encontrado que las reducciones en la medición de la tensión muestran relaciones directas con el tamaño del infarto. “Hasta ahora, el tamaño del infarto solamente ha sido medido como parte de estudios clínicos y no en la práctica clínica de rutina. La razón está en que el método de referencia de agentes de contraste basados en gadolinio en RM [resonancia magnética] es costosa, se realiza en una gran cantidad de tiempo y solo puede ser hecha por especialistas en imaginología”, explicó el Dr. Luigi Badano, de la Universidad de Padua (Italia; www.unipd.it). “Las ventajas de la STE sobre la RM es que es más rápida de usar, más barata, y puede ser usada por los cardiólogos al lado de la cama con equipos portátiles, y se repite en serie cuando sea necesario”.
Además, la STE puede aplicarse inclusive en pacientes con contraindicaciones para la RM, como dispositivos metálicos, claustrofobia, y falla renal severa que precluye el uso de infusiones de contraste. “Los estudios presentados aquí abren el camino para cada paciente que es admitido al hospital con STEMI [IM con elevación ST (infarto miocárdico)] para someterse a evaluación del tamaño del infarto con ecocardiografía anterior a la salida”, dijo el Dr. Badano.
El tamaño del infarto importa para determinar que tan bien se recuperarán los pacientes de STEMI. La estadística sugiere que los individuos que sufren de daño de más del 30% del ventrículo izquierdo tienen el doble de probabilidad de morir en el año siguiente del evento que las personas que sufren de menos daño. “Es bien conocido que los pacientes con infartos más grandes tienen más probabilidad de someterse a alteraciones en la estructura [dimensiones, masa, y forma] del ventrículo izquierdo, conocido como remodelamiento cardiaco, que lleva a falla cardiaca”, anotó el Dr. Badano.
La evidencia es cada vez mayor, anotó el Dr. Badano, que la detección de los pacientes con tamaños de infarto más grandes permite la identificación de los pacientes con un peor pronóstico que se benefician de terapia más agresiva y visitas de seguimiento más frecuentes.
“Hoy en día existen más opciones para los pacientes de STEMI considerados en riesgo alto de eventos adversos, incluyendo formulación de inhibidores de ACE [enzima convertidora de angiotensina] y la inserción de dispositivos como CRT [terapia de resincronización cardiaca] o ICDs [desfbriladores cardioverter implantables]”, declaró el Dr. Badano.
Medir la tensión circunferencial con rastreo de moteado 3D suministra un buen predictor del tamaño del infarto después de STEMI, de acuerdo con un estudio italiano. En el estudio, que presenta los primeros datos sobre el uso del rastreo de moteado tridimensional (3D) en la medición del tamaño del infarto, la Dra. Denisa Muraru y colegas de la Universidad de Padua (Italia) estimaron el tamaño del infarto y transmuralidad de la necrosis en pacientes con STEMI reciente, que se habían sometido a tratamiento exitoso con PCI primario.
Una de las ventajas del rastreo de moteado 2D sobre la 2D, según los investigadores, es que permite la evaluación de la tensión longitudinal (acortamiento ápice-a-base), circunferencial (acortamiento en la dirección circunferencial); radial (engrosamiento de la pared miocárdica hacia el centro de la cavidad VI) y tensión de área (un parámetro combinando la tensión longitudinal y circunferencial) al mismo tiempo.
En el estudio, 49 pacientes con STEMI reciente, reperfundidos exitosamente con PCI primaria fueron evaluados por rastreo de moteado 3D, y los parámetros de tensión VI, obtenidos, fueron comparados con los niveles pico de troponina I, como un estimado de la extensión de la lesión celular miocárdica. En un análisis multivariable, los resultados mostraron que solo la tensión circunferencial emergió como un predictor independiente significativo del tamaño del infarto. Además, en el subgrupo de 27 pacientes que se sometieron a evaluación adicional con RM de realce retrasado en las primeras 24 horas del estudio ecocardiográfico, la tensión circunferencial de nuevo mostró la relación más estrecha con el tamaño del infarto y el mejor poder predictivo para identificar segmentos VI con necrosis transmural entre todos los componentes de tensión.
“Nuestro estudio preliminar demuestra que la tensión circunferencial 3D puede ser usada como un marcador seguro y reproducible para la estimación del tamaño del infarto por medio de ultrasonido en los pacientes STEMI”, declaró la Dra. Muraru. El seguimiento a largo plazo, añadió, será necesario para verificar si los parámetros de tensión 3D mejoran el valor pronóstico predictivo de los parámetros convencionales después de STEMI.
La tensión longitudinal medida temprano después de la reperfusión con rastreo de moteado 2D puede predecir el tamaño del infarto y el remodelamiento VI, concluyó un estudio búlgaro. En el estudio, la Dra. Krasimira Hristova y colegas, del Hospital de Corazón Nacional Universitario (Sofía, Bulgaria; www.hearthospital.bg) investigaron la capacidad de la ecocardiografía de rastreo de moteado usando la técnica de imaginología de velocidad de vector (que mide la cantidad de tensión y la dirección de la tensión) para determinar el tamaño del infarto.
En el estudio 30 pacientes que tuvieron intervención coronaria percutánea (PCI) para un infarto miocárdico agudo (IM) en las primeras 24 horas y 20 voluntarios normales (que no habían experimentado un evento) fueron evaluados con rastreo de moteado de velocidad de vector y electrocardiografía intra-coronaria. La última técnica es un procedimiento establecido que “mapea” áreas de isquemia con alambres guía durante los procedimientos percutáneos, suministrando la localización exacta y el tamaño de la isquemia residual.
Los hallazgos revelaron que en pacientes que habían sufrido tensión radial y circunferencial STEMI, disminuía el área del infarto, área peri-infarto (área inmediata alrededor del infarto), y agudamente en regiones remotas en comparación con los controles; pero la tensión longitudinal estuvo disminuida en el área del infarto real y no en el peri-infarto y las regiones remotas.
“Aunque la tensión longitudinal muestra la mejor relación con el tamaño del infarto, creemos que la tensión radial y circunferencial pueden ser útiles para predecir el desarrollo tardío del remodelamiento adverso VI”, declaró la Dra. Hristova. En la fase siguiente del estudio, añadió, esperan poder comparar sus hallazgos preliminares para la tensión longitudinal, radial, y circunferencial con los efectos a largo plazo sobre el remodelamiento ventricular izquierdo.
Enlaces relacionados:
University of Padua
University [Bulgarian] National Heart Hospital