Ultrasonido detecta lesiones comunes en personas con riesgo de cáncer pancreático

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 21 May 2012
Un equipo de científicos ha descubierto que más de cuatro de cada 10 personas que se cree están en riesgo de cáncer pancreático hereditario tienen lesiones pancreáticas pequeñas mucho tiempo antes de que tengan algún síntoma de la enfermedad letal. Además, que la frecuencia de las lesiones precancerosas anormales aumenta con la edad y que el ultrasonido por endoscopia es mejor que la resonancia magnética (RM) y considerablemente mejor que la tomografía computarizada (TC) para detectar las lesiones.

Los investigadores reportaron que su investigación indica algún progreso en reducir el índice de muerte por cáncer pancreático hereditario, que es principalmente fatal una vez que las lesiones se vuelven malignas y se presentan los síntomas. En ese punto, solo el 25% de aquellos elegibles para la cirugía sobreviven cinco años, mientras que el resto tiene una probabilidad de menos del 5% de sobrevivir a los cincos años. La población general tiene un 0,5% de riesgo durante la vida de tener cáncer pancreático, mientras que aquellos en los grupos de riesgo incluidos en el estudio tienen riesgos que son 3,5 a 132 veces más altos. Los investigadores reportaron que aproximadamente el 10%-15% de todos los cánceres pancreáticos son hereditarios.

La Dra. Canto y su equipo compuesto de investigadores de Johns Hopkins, la Clínica Mayo (Rochester, MN, EUA), el Instituto de Cáncer Dana Farber (Boston, MA, EUA), el Centro de Cáncer MD Anderson (Houston, TX, EUA), y la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA; EUA), evaluaron 216 adultos asintomáticos con una fuerte historia familiar de cáncer pancreático, principalmente aquellos con dos parientes sanguíneos cercanos que han tenido la enfermedad y aquellos que han heredado marcadores genéticos conocidos que aumentan el riesgo de cáncer pancreático, incluyendo la mutación del gen BRCA2 que también ha sido relacionado con cánceres de seno y ovario.

Los médicos en cada centro médico realizaron tres tipos de tamización en cada participante usando TC, RM, y ultrasonido realizado por endoscopia. Johns Hopkins estudió a más de la mitad de los participantes. Aquellos que interpretaron las imágenes diagnósticas de cualquier prueba fueron mantenidos ignorantes de los resultados de los otros para reducir la probabilidad de desviación.

La TC detectó anormalidades pancreáticas en 11% de los participantes del estudio; la RM las encontró en 33,3% y el ultrasonido endoscópico en 42,6%. Cinco participantes tenían lo que los médicos determinaron eran lesiones precancerosas y se sometieron a cirugía para removerlos. Esas eran lesiones que probablemente no se habrían detectado y extirpado, según la Dra. Canto.

El equipo de la Dra. Canto descubrió que la prevalencia de las lesiones pancreáticas aumenta con la edad, con los médicos encontrándolas en solo el 14% de las personas en riesgo alto menores de 50 años, 34% en aquellos con edades de 50 a 59, y 53% en aquellos de 60- a 69 años de edad. A aquellos con lesiones que requerían cirugía les fue recomendado tamización de seguimiento regular para ver si las lesiones cambiaban en tamaño o forma. No todos los quistes pancreáticos o lesiones se vuelven cáncer pancreático.

Los hallazgos del estudio, conocido formalmente como Estudio CAPS 3, fueron publicados en la edición de Abril de 2012 de la revista Gastroenterology. Una ventaja que tiene el ultrasonido endoscópico sobre la RM y la TC, según la Dra. Canto, es que también puede ser usada para recolectar células de las lesiones pancreáticas, secreciones del páncreas, y líquido de los quistes para facilitar el estudio adicional. El equipo del estudio CAPS 3 recolectó jugo pancreático para investigación de biomarcador realizado por Michael Goggins, MD, para una detección mejor de las lesiones precancerosas o cancerosas en el páncreas. Además, un equipo de investigación de Johns Hopkins liderado por Bert Vogelstein, MD, y Ralph Hruban, MD, está desarrollando biomarcadores del líquido de quiste pancreático que parecen determinar el potencial maligno del quiste. Recientemente, completaron secuencias genómicas de los quistes pancreáticos que ayudarán a los biólogos a determinar cómo se desarrollan y se vuelven cancerosos. Los investigadores esperan que esos hallazgos les permitan encontrar tumores pancreáticos potencialmente fatales antes de que se desarrollen, salvando personas de una enfermedad que tiene poca probabilidad de curación.

Para el procedimiento endoscópico, un médico pasa un tubo delgado, iluminado, desde la boca de un paciente sedado a través del estómago, y a la primera parte del intestino delgado. En la punta del endoscopio hay un dispositivo que utiliza ondas de sonido que generan patrones de ecos cuando rebotan en los órganos internos. Esos patrones ultrasónicos pueden ayudar a identificar tumores que no pueden ser detectados por una TC. Usar ultrasonido puede ayudar a guiar el camino, un médico luego inserta una aguja delgada en el páncreas para remover células que pueden ser estudiadas posteriormente.

“La detección temprana es el camino a seguir”, concluyó la Dra. Canto. “Necesitamos detección inteligente y tratamientos individualizados basados en la historia familiar, epidemiología, biomarcadores y genética”.


Enlaces relacionados:

Mayo Clinic

Dana Farber Cancer Institute

M.D. Anderson Cancer Center


University of California, Los Angeles






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