Ultrasonido focalizado puede disminuir dolor en cáncer
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 18 Jun 2014
Cuando el cáncer avanza y hace metástasis al hueso, los pacientes con frecuencia sufren de dolor debilitante. Ahora, un nuevo ensayo clínico de fase III muestra que el tratamiento no invasivo de ultrasonido enfocado guiado por resonancia magnética que calienta el cáncer dentro del hueso, alivia el dolor y mejora la función para la mayoría de los pacientes cuando otras alternativas de tratamiento están limitadas.Actualizado el 18 Jun 2014
Los resultados del estudio fueron publicados, inicialmente, en línea el 23 de abril de 2014, en la revista Journal of the National Cancer Institute (JNCI). La cirugía de ultrasonido enfocado guiado por resonancia magnética (MRgFUS) es una técnica que ha sido usada de manera segura para tratar a miles de mujeres con fibroides uterinos. Sin embargo, “este es el primer estudio fase III en usar esta tecnología en el tratamiento del cáncer”, anotó el investigador principal del estudio y autor principal, Mark Hurwitz, MD, subgerente de calidad, seguridad, y desempeño y director de oncología térmica en el departamento de radio oncología de la Universidad Thomas Jefferson (Filadelfia, PA, EUA).
Aunque la radioterapia normalmente se usa para tratar el dolor relacionado con el hueso y es efectiva para la mayoría de los pacientes, no todos los pacientes experimentan alivio del dolor y con el tiempo aquellos que lo hacen pueden tener recurrencia del dolor. Además, es posible que un paciente reciba la dosis de radiación máxima que puede aplicarse seguramente sin que se controle totalmente el dolor. En situaciones donde la radioterapia no es una opción, se requieren tratamientos alternativos.
Un total de 147 pacientes de 17 centros en los Estados Unidos, Canadá, Israel, Italia, y Rusia fueron enrolados en el estudio y asignados aleatoriamente para recibir MRgFUS o un tratamiento simulado. Los pacientes en el grupo de tratamiento recibieron ultrasonido enfocado direccionado precisamente a sus tumores óseos para calentar el tejido tumoral entre 65 °C y 85 °C, resultando en su obliteración. Durante cada tratamiento, los pacientes fueron seguidos en tiempo real por medio de resonancia magnética (RM) para estar seguros de que el tejido apropiado estaba enfocado y las temperaturas correctas eran alcanzadas y garantizar que el calor en los tejidos normales circundantes y los órganos se mantenía en niveles seguros. En el grupo control se hizo el mismo procedimiento pero sin encender el dispositivo de ultrasonido. Finalmente, a los pacientes que no respondieron al tratamiento placebo en las dos primeras semanas se les permitió saberlo y se les ofreció el MRgFUS.
Los pacientes respondieron bien al tratamiento, con 64% sin tener dolor o una reducción significativa en su dolor a los tres meses medido en el punto 2 o disminución mayor en la escala de clasificación numérica (NRS) para el dolor, una herramienta validada de medición del dolor. Muchos pacientes pudieron reducir o detener el uso de medicación opioide. Significativamente, la mayoría de los pacientes experimentaron alivio del dolor y mejoraron el funcionamiento en los primeros días del tratamiento. “Es claro que para muchos de esos pacientes, el dolor tiene un impacto importante en su vida diaria", dice el Dr. Hurwitz. “Este método ofrece una manera nueva para ayudar a aliviar ese dolor por medio de un procedimiento no invasivo ambulatorio”.
La siguiente fase en esta investigación, según el Dr. Hurwitz, es modificar la técnica de tratamiento para lograr una aun mayor tasa de respuesta, y aplicar radiación y terapia térmica juntas en el tratamiento de las metástasis óseas observando los beneficios clínicos establecidos para otras condiciones malignas con esta combinación. Para lograr esto, el Dr. Jefferson ha establecido un programa nuevo para oncología térmica en su departamento de radio oncología para suministrarles a sus pacientes acceso a las terapias térmicas que han demostrado ampliar el tratamiento de radiación.
“El trabajo les proporciona a los pacientes con cáncer más opciones de tratamiento para el dolor del cáncer y la oportunidad para los pacientes de reducir el uso de los opioides, que tienen efectos secundarios significativos”, dijo Adam Dicker, MD, PhD, jefe del departamento de radio oncología de Jefferson, y quien no participó en el estudio.
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Thomas Jefferson University