Exámenes de carótidas por ecografía permiten identificar riesgo de ACV
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 03 Feb 2016
Actualizado el 03 Feb 2016
Un estudio reciente concluye que una ecografía de las carótidas es muy exacta para detectar la presencia de lesiones ateroscleróticas calcificadas más grandes que 8 mm3, pero es menos exacta para detectar la presencia de placas calcificadas de volumen más pequeño.
Unos investigadores de la Universidad de Umeå (Suecia), realizaron un estudio en el cual analizaron 94 arterias carótidas de 88 pacientes (33 % mujeres, edad promedio de 70 años), con el fin de determinar la exactitud de la ecografía de modo B para detectar la presencia de calcificaciones ateroscleróticas, durante los exámenes previos a una endoarterectomía. Después de realizar este procedimiento, las placas fueron cuantificadas, utilizando tomografía computarizada de haz cónico (CBCT), a partir de la cual se calculó el volumen de la calcificación (en mm3). A continuación, compararon las mediciones de la calcificación de la arteria carótida obtenidas con las dos técnicas usando correlaciones convencionales.
Los resultados mostraron que la ecografía de las carótidas fue de gran exactitud para la detección de las calcificaciones, con una sensibilidad del 88,2 %. Sobre la base de los volúmenes de esas calcificaciones, medidos por CBCT, los investigadores definieron cuatro grupos según el tamaño de la placa, en mm3: de menos de 8; de 8 a 35; de 36 a 70 y de más de 70 mm3. Encontraron que las calcificaciones con un volumen de más de 8 mm3 se pudieron detectar con exactitud mediante la ecografía, con una sensibilidad del 96 %. De las 21 placas cuya calcificación tenía un volumen menor que 8 mm3, solamente 13 fueron detectadas por la ecografía lo cual significa que su sensibilidad fue de 62 %. El estudio fue publicado en la edición de agosto de 2015 de la revista International Journal of Molecular Sciences.
“Sabemos que el tratamiento quirúrgico preventivo de la estenosis de las carótidas resulta beneficioso sólo para un pequeño número de pacientes y que a la mayoría de aquellos que son asintomáticos, les irá mejor con sólo el tratamiento médico”, dijo el autor principal, Fisnik Jashari, MSc, estudiante de doctorado en el departamento de salud pública y medicina clínica. “Mediante el uso de la ecografía, podemos identificar a aquellos pacientes que están en un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y que de este modo se beneficiarían de la cirugía. Pero evitar una intervención quirúrgica innecesaria es igualmente importante, en la mayoría de los casos”.
Históricamente, se han detectado las calcificaciones de las carótidas mediante imágenes de rayos X. Gracias al desarrollo de los exámenes para las patologías vasculares, el ultrasonido en escala de grises en dos dimensiones (2D) de las carótidas, se ha convertido en una investigación de rutina en los laboratorios vasculares; pero si bien la ecografía permite detectar la presencia de calcificaciones, también es un medio exacto para la cuantificación de su extensión, a diferencia de la CBCT, que permite detectar las calcificaciones que tienen un volumen tan pequeño como un mm3. Sin embargo, cualquier investigación mediante TC conlleva el riesgo de aplicar una dosis significativa de radiación, además de que su disponibilidad es reducida.
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