Nueva herramienta toma imágenes de contracciones uterinas en tiempo real para identificar embarazos de alto riesgo
Actualizado el 23 Mar 2023
Durante el proceso de trabajo de parto y parto, el útero se contrae para expulsar al feto. Las irregularidades en estas contracciones pueden provocar un parto prematuro o la detención del trabajo de parto, lo que crea la necesidad de un parto por cesárea. Tanto el parto prematuro como las cesáreas pueden aumentar la probabilidad de lesión o muerte para la madre y el bebé, lo que puede conducir a una discapacidad del desarrollo neurológico a largo plazo para el niño. Identificar el tipo específico de contracciones uterinas que causan el parto prematuro o la interrupción del trabajo de parto puede ayudar a los investigadores a desarrollar métodos para retrasar o prevenir la aparición de estas contracciones. Sin embargo, las técnicas clínicas actuales para medir las contracciones uterinas, como la tocodinamometría y un catéter de presión intrauterino, son invasivas y solo brindan información limitada relacionada con la duración e intensidad de las contracciones.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (St. Louis, MO, EUA) han desarrollado una nueva tecnología de imágenes que puede crear mapas 3D de las contracciones uterinas en tiempo real, mostrando tanto la magnitud como la distribución de las contracciones en toda la superficie del útero durante el trabajo de parto. A partir de los métodos de imagen empleados con frecuencia para examinar el corazón, esta tecnología de vanguardia permite el monitoreo no invasivo de las contracciones uterinas con un detalle sin precedentes, a diferencia de las herramientas disponibles actualmente que solo indican la presencia o ausencia de una contracción. La nueva herramienta de imágenes, llamada imágenes electromiometriales (EMMI), proporciona imágenes en 3D en tiempo real y mapas de las contracciones durante el trabajo de parto, generando nuevos tipos de métricas e imágenes que permiten la cuantificación de los patrones de contracción. Esta innovadora técnica de imagen no invasiva sienta las bases para una gestión del trabajo de parto mejorada, especialmente para el parto prematuro.
La técnica EMMI integra dos tipos de exploraciones no invasivas: una resonancia magnética anatómica rápida utilizada para capturar una imagen de alta calidad del útero durante la etapa temprana del embarazo a término (37 semanas de gestación) y un electromiograma de exploración de superficie multicanal que utiliza sensores colocados a lo largo la región abdominal para monitorear las contracciones durante el parto. Luego, estos datos se combinan y procesan en mapas uterinos tridimensionales integrales, que utilizan colores cálidos para indicar áreas del útero que se activan antes en una contracción, colores fríos para mostrar áreas que se activan más tarde y áreas grises para indicar regiones inactivas o que no se contraen. Con el tiempo, se crea una secuencia de mapas, produciendo un lapso de tiempo visual que muestra dónde se originan las contracciones, cómo se expanden y/o sincronizan, y cualquier patrón que surja en un embarazo típico frente a uno que pueda estar experimentando dificultades o anomalías.
En el nuevo estudio, el equipo adaptó EMMI para uso clínico en humanos y lo probó entre un grupo de 10 mujeres con embarazos saludables. El estudio reveló que las contracciones uterinas exhiben menos previsibilidad y consistencia que las contracciones cardíacas medidas con una tecnología similar. Las contracciones posteriores del trabajo de parto pueden diferir en la región de inicio y la dirección de progresión incluso con la misma paciente. Además, el equipo descubrió que los sitios de iniciación o "marcapasos" de las contracciones uterinas no ocurren en regiones anatómicas fijas, como en el corazón. Estos hallazgos sirven para aumentar el valor de la tecnología de imágenes EMMI, ya que es capaz de rastrear cambios a través de contracciones progresivas.
El estudio contó con pacientes primíparas (dan a luz por primera vez) y multíparas (que habían dado a luz anteriormente). Los investigadores descubrieron que las pacientes primíparas presentaban contracciones más largas con mayor variabilidad que las pacientes multíparas que tenían contracciones más eficientes y productivas. Esto podría atribuirse a un "efecto de memoria" del útero que puede recordar sus experiencias previas de parto. El próximo objetivo de los investigadores es medir las contracciones uterinas normales para discernir si son productivas y conducen al parto. En áreas con recursos restringidos, una tecnología de imágenes tan detallada podría mejorar la seguridad del parto. Para mejorar la accesibilidad, los investigadores tienen como objetivo intercambiar las costosas imágenes de resonancia magnética (poco comunes en muchas regiones del mundo) por imágenes de ultrasonido portátiles que son menos costosas. Además, el equipo está creando electrodos desechables y transmisores inalámbricos para promover el uso masivo de la tecnología.
"Hay todo tipo de condiciones obstétricas y ginecológicas asociadas con las contracciones uterinas, pero no tenemos formas muy precisas de medirlas", dijo el autor principal Yong Wang, Ph.D., profesor asociado de obstetricia y ginecología, de ingeniería eléctrica y de sistemas, de radiología y de ingeniería biomédica. “Con esta nueva tecnología de imágenes, básicamente estamos actualizando la forma estándar de medir las contracciones del trabajo de parto, llamada tocodinamometría, del trazado unidimensional al mapeo en cuatro dimensiones. Este tipo de información podría ayudar a mejorar la atención de pacientes con embarazos de alto riesgo e identificar formas de prevenir el parto prematuro, que ocurre en aproximadamente el 10 % de los embarazos en todo el mundo”.
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Facultad de Medicina de la Universidad de Washington