Innovadora tecnología de ultrasonido sin agujas podría revolucionar la administración de vacunas

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 20 Dec 2023

Un número importante de adultos y niños albergan intensos temores a las agujas, un factor problemático dada la dependencia de la salud pública de las vacunas, generalmente administradas mediante inyecciones. En respuesta a este desafío, una nueva técnica basada en ultrasonido ofrece una solución indolora y sin agujas para la administración de vacunas, lo que potencialmente mejora las respuestas inmunes sin la incomodidad de una inyección.

Investigadores de la Universidad de Oxford (Oxford, Reino Unido) están explorando este método innovador para la administración de vacunas que elimina la necesidad de agujas. Esta técnica emplea un fenómeno acústico conocido como "cavitación", que implica la formación y el rápido colapso de burbujas provocadas por ondas sonoras. El equipo se está centrando en utilizar las intensas ráfagas de energía mecánica de estas burbujas que colapsan de tres maneras clave: en primer lugar, para despejar caminos a través de la capa exterior de células muertas de la piel, permitiendo que las moléculas de la vacuna penetren; en segundo lugar, impulsar activamente las moléculas del fármaco a través de estos canales recién creados; y en tercer lugar, permear las membranas celulares, un paso crucial para que ciertos tipos de vacunas que necesitan ingresar a las células sean efectivas.


Imagen: Los pulsos de ultrasonido administran vacunas a través de la piel sin agujas (Fotografía cortesía de Darcy Dunn-Lawless)

Las pruebas iniciales en organismos vivos mostraron que, si bien el método de cavitación administró sustancialmente menos moléculas de vacuna en comparación con los métodos de inyección tradicionales (700 veces menos), sorprendentemente provocó una respuesta inmune más fuerte. Los investigadores especulan que esta mayor eficiencia podría deberse al método ultrasónico que se dirige a la piel, que es rica en células inmunitarias, a diferencia del tejido muscular al que normalmente se dirigen las inyecciones. Este descubrimiento sugiere el potencial de un método de administración de vacunas más eficaz y económico, que reduzca los costos y mejore la eficacia, al tiempo que minimiza el riesgo de efectos secundarios.

"En mi opinión, el principal efecto secundario potencial es universal para todas las técnicas físicas en medicina: si aplicas demasiada energía al cuerpo, puedes dañar el tejido", dijo Darcy Dunn-Lawless, estudiante de doctorado en el Instituto de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Oxford. “La exposición a una cavitación excesiva puede provocar daños mecánicos a las células y estructuras. Sin embargo, hay pruebas convincentes de que esos daños pueden evitarse limitando la exposición, por lo que una parte clave de mi investigación es tratar de identificar plenamente dónde se encuentra este umbral de seguridad para la administración de vacunas”.

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Universidad de Oxford  


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