Ecografía detecta problemas de placenta en bebés pequeños
Actualizado el 29 Feb 2024
Aproximadamente el 10 % de los fetos se clasifican como pequeños para su edad gestacional. Si estos bebés están sanos, normalmente no hay necesidad de intervención durante el embarazo. Sin embargo, para los bebés pequeños que experimentan disfunción placentaria, pueden ser necesarias medidas proactivas, que a veces incluyen la inducción del parto. Por lo tanto, es fundamental identificar qué bebés pequeños se ven afectados por problemas placentarios. Ahora, un nuevo estudio ha descubierto que la ecografía Doppler, que mide el flujo sanguíneo en fetos pequeños, puede indicar la salud de la placenta. Si se observan repetidamente desviaciones en estas mediciones Doppler, se requiere un mayor monitoreo del feto. Estas desviaciones señalan un mayor riesgo de deficiencia de oxígeno y otros problemas de salud para el bebé.
Las ecografías de crecimiento se han utilizado durante casi medio siglo para identificar fetos pequeños y monitorear sus patrones de crecimiento, en particular para observar si su tasa de crecimiento disminuye con el tiempo. En el estudio realizado en Amsterdam UMC (Ámsterdam, Países Bajos), a los bebés pequeños se les realizó una "ecografía Doppler" además de las mediciones de crecimiento estándar. Esta ecografía evalúa la resistencia de los vasos sanguíneos del cordón umbilical y proporciona información sobre el flujo sanguíneo a la placenta. También puede medir el suministro de sangre al cerebro del feto. Un suministro inusualmente alto puede indicar una función placentaria subóptima. En tales casos, el feto aumenta el flujo sanguíneo al cerebro para mitigar las deficiencias causadas por el bajo rendimiento de la placenta. La función placentaria deficiente eleva el riesgo de problemas de salud, como la falta de oxígeno, y puede aumentar la probabilidad de mortalidad durante el nacimiento.
El estudio también investigó si inducir el parto antes de las 37 semanas de gestación conducía a mejores resultados para el niño. Los hallazgos no mostraron ninguna mejora en los resultados de la inducción temprana. En consecuencia, la recomendación es retrasar la inducción del parto hasta al menos las 37 semanas de embarazo, a menos que surjan riesgos adicionales para la salud. Este enfoque se basa en el entendimiento de que, en general, es mejor que el bebé permanezca en el útero el mayor tiempo posible sin riesgos adicionales para la salud.
"Ya se sabía lo que era posible con una ecografía Doppler, pero aún no es una práctica estándar en todos los hospitales", afirmó Mauritia Marijnen, candidata a doctorado en Amsterdam UMC y primera autora del estudio. "Esta investigación ahora muestra que esta medición ciertamente tiene un valor agregado para detectar embarazos en bebés que son demasiado pequeños y con una placenta que funciona deficientemente".
"Al agregar esta ecografía Doppler al plan de atención de estos bebés de tamaño insuficiente, se puede detectar y controlar mejor el mayor riesgo de problemas relacionados con el parto", añadió Wessel Ganzevoort, profesor asociado de obstetricia en la amsterdam UMC y líder de este estudio. "En bebés pequeños en quienes la medición es normal, también se puede realizar un seguimiento menos intensivo, por lo que hay más posibilidades de que el parto se produzca de forma natural, sin intervención".
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Amsterdam UMC