Las exploraciones cerebrales por ultrasonido para bebés podrían reducir el riesgo de accidente cerebrovascular en el futuro
Actualizado el 10 Jun 2024
A nivel mundial, el accidente cerebrovascular es la segunda causa de muerte. Cada año, aproximadamente 15 millones de personas en todo el mundo sufren un derrame cerebral, lo que provoca cinco millones de muertes y otros cinco millones de personas quedan permanentemente discapacitadas. Este impacto significativo en las familias, las comunidades y las economías subraya la importancia de la prevención, ya que más del 80 % de los accidentes cerebrovasculares se pueden prevenir. La detección temprana de factores de riesgo es crucial no sólo para la prevención sino también para ahorrar potencialmente millones en costos de atención médica. Ahora, un nuevo estudio sugiere que las exploraciones cerebrales no invasivas realizadas en niños menores de un año podrían identificar factores de riesgo de manera temprana, lo que podría reducir la probabilidad de sufrir accidentes cerebrovasculares en el futuro.
La investigación realizada por la Universidad de Australia del Sur (Adelaide, SA, Australia) analizó 260 años de datos para evaluar sistemáticamente las tendencias a largo plazo en los aneurismas cerebrales, que son una causa potencial de accidentes cerebrovasculares. Un aneurisma cerebral es un bulto en una arteria cerebral, causado por una debilidad en la pared de la arteria, que, si estalla, puede provocar un derrame cerebral. Los aneurismas cerebrales pueden ocurrir a cualquier edad y, si bien se diagnostican con mayor frecuencia entre las edades de 31 y 60 años, la incidencia en niños es casi tan común como en adultos, proporcionalmente considerando la duración más corta de la infancia en comparación con la edad adulta. El estudio encontró que, a pesar de los avances en la ciencia médica, los patrones de los aneurismas cerebrales se han mantenido constantes a lo largo del tiempo, lo que indica que las anomalías de los vasos cerebrales pueden detectarse en una etapa temprana de la vida.
Identificar estas variaciones de los vasos en los niños podría desempeñar un papel crucial en la prevención de accidentes cerebrovasculares en el futuro. El estudio reveló que los aneurismas no sólo se desarrollan y rompen en función de sus condiciones internas, sino también que las variaciones en los vasos cerebrales probablemente sean congénitas. Esto sugiere que la identificación temprana de anomalías en la red arterial del cerebro podría conducir a un seguimiento e intervención de por vida para aquellos en riesgo. Los investigadores abogan por el uso de ecografías Doppler transcraneales no invasivas en bebés y niños para detectar estas variaciones de los vasos. Este procedimiento indoloro utiliza ondas sonoras para analizar el flujo sanguíneo dentro y alrededor del cerebro. La implementación de este método de detección podría facilitar intervenciones oportunas, previniendo potencialmente el desarrollo de aneurismas y evitando complicaciones relacionadas con el accidente cerebrovascular.
"La detección de componentes arteriales variantes en niños, particularmente en niños menores de dos años, podría ser una herramienta práctica para detectar arterias cerebrales variantes", dijo el Dr. Arjun Burlakoti, investigador principal y experto en neuroanatomía de la Universidad de Australia del Sur. “Esta es una prueba de detección segura y no invasiva que presenta una vía para que las familias realicen un seguimiento regular si se detecta alguna variación. Si pudiera reducir el riesgo mediante una simple prueba de detección, ¿por qué no hacerlo?"
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Universidad de Australia del Sur