RM funcional revela región responsable por el espacio personal
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 03 Nov 2009
En un descubrimiento que suministra nuevas perspectivas sobre los mecanismos neurales involucrados en el comportamiento social, los neurocientíficos han localizado la estructura cerebral responsable por el sentido del espacio personal. El descubrimiento podría ofrecer una perspectiva sobre el autismo, donde la distancia social es un problema.Actualizado el 03 Nov 2009
La estructura, la amígdala, un par de regiones en forma de almendra localizadas en los lóbulos temporales mediales era conocida previamente por procesar las emociones fuertes negativas, como la furia y el miedo, y es considerada la base de la emoción en el cerebro. Sin embargo, nunca ha sido asociada rigurosamente a la interacción social humana/vida real.
Los científicos, liderados por el Dr. Ralph Adolphs, un profesor de psicología y neurociencias y profesor de biología, y el estudiante de postdoctorado, el Dr. Daniel P. Kennedy, ambos del Instituto Tecnológico de California (Caltech; Pasadena, EUA), lograron hacer la asociación con la ayuda de una única paciente, una mujer de 42 años, que tenía un daño extenso en la amígdala en los dos lados del cerebro. "Ella es única, porque es una de los pocos individuos en el mundo con una lesión bilateral tan clara de la amígdala, lo cual da la oportunidad de estudiar el papel de la amígdala en los humanos”, dijo el Dr. Kennedy, el autor principal de la investigación nueva, descrita en la edición de Agosto 30, 2009, de la revista Nature Neuroscience.
La paciente tenía dificultad para reconocer el miedo en los rostros de otros individuos, y en juzgar la confiabilidad de las personas, dos consecuencias de las lesiones en la amígdala, que el Dr. Adolphs y colegas publicaron en estudios previos. Durante sus años de estudiarla, el Dr. Adolphs también notó que la paciente era demasiado amigable, hasta el punto de "violar” lo que otras personas podrían percibir como su propio espacio personal. "Ella es demasiado amigable, y se quiere acercar a las personas más de lo normal. Es algo que es aparente inmediatamente cuando se interactúa con ella”, anotó el Dr. Kennedy.
Los estudios previos en humanos nunca han revelado una asociación entre la amígdala y el espacio personal. De su conocimiento de la literatura, sin embargo, los investigadores sabían que los micos con lesiones en la amígdala preferían permanecer en la mayor proximidad de otros monos y humanos que los micos sanos. Intrigados por el comportamiento social inusual de la paciente, los Drs. Adolphs, Kennedy y sus colegas, diseñaron un experimento simple para cuantificar y comparar su sentido de especio personal con el de otros voluntarios sanos.
El experimento usado, es lo que se conoce como de técnica de pare-distancia. Brevemente, el individuo (esta paciente o uno de los otros 20 voluntarios, que representaban un perfil representativo de edades, etnias, educaciones y géneros) se mantiene a una distancia predeterminada del experimentador, después camina hacia el experimentador y se detiene en el punto en que se sienten más cómodos. Se determina la distancia entre los mentones y el experimentador con un medidor láser digital.
Entre los 20 participantes del estudio, la distancia promedio preferida fue de 0,64 metros--casi dos pies. La distancia preferida de la paciente fue de solo 0,34 metros. A diferencia de otros individuos que reportaron sensaciones de incomodidad cuando el experimentador se acercaba, con respecto a su distancia preferida, no había ninguna distancia en la que la paciente se sentía incómoda, aún tocando las narices se sentía cómoda. Más aún, su distancia preferida no cambiaba con base en quien era el experimentador y que tan bien lo conocía.
"El respecto por el espacio de alguien es crítico para la interacción social humana, y es algo que hacemos automáticamente y sin esfuerzo”, dijo el Dr. Kennedy. "Estos hallazgos sugieren que la amígdala, porque es necesaria para los sentimientos fuertes de incomodidad que ayudan a repeler a las personas entre sí, juega un papel central en el proceso. También ayudan a expandir nuestro entendimiento del papel de la amígdala en las interacciones sociales-mundo real”.
El Dr. Adolphs y colegas usaron posteriormente un equipo de resonancia magnética funcional (fMRI) para examinar la activación de la amígdala en un grupo separado de individuos sanos a quienes se les decía cuando un experimentador estaba muy cerca o muy lejos de ellos. Dentro del equipo de fMRI, los individuos no podían ver, sentir u oír al experimentador, sin embargo, la amígdala se encendía cuando creían que el experimentador estaba cerca. No se detectaba actividad cuando los individuos pensaban que el experimentador estaba al otro lado de la pieza. "Era simplemente pensar que la otra persona estaba, o no, lo que desencadenaba a la amígdala”, dijo el Dr. Kennedy. El estudio reveló "que la amígdala está involucrada en regular la distancia social, de manera independiente de las claves sensoriales específicas que están típicamente presentes cuando alguien está cerca, como sonidos, visiones y olores”.
Los investigadores creen que la distancia interpersonal no es algo de lo que pensamos conscientemente, aunque a diferencia de esta paciente, los individuos captan, de manera aguda, cuando su espacio se viola durante un matrimonio. "Me sentí muy incómodo, y casi me caigo en una silla cuando retrocedía para recuperar espacio”.
Entre las culturas, las distancias interpersonales aceptadas pueden variar considerablemente, con individuos que viven en culturas donde el espacio es muy apetecido (como China o Japón), aparentemente mucho más tolerantes de distancias más cercanas que los individuos en los Estados Unidos, por ejemplo.(Mientras tanto, la distancia personal preferida puede variar dependiendo de nuestra situación, haciendo que las personas estén más dispuestas a aceptar menos espacio en un metro atiborrado que lo que estarían dispuestas a aceptar en la oficina).
Una explicación para esta diferencia, según el Dr. Kennedy, es que las preferencia culturales y experiencias afectan el cerebro con el tiempo y como responden a una situación en particular. "Si usted está en una cultura donde estar cerca de alguien es la norma, usted aprende que esto es aceptable y su espacio personal va a variar de acuerdo con esto”, agregó. Aún entonces, si usted viola la distancia cultural aceptada, hará que las personas estén incomodas, y la amígdala será responsable por esa sensación”.
Los hallazgos pueden tener relevancia con los estudios del autismo, una enfermedad compleja del neurodesarrollo que afecta la capacidad de un individuo de interactuar socialmente y comunicarse con otros. "Realmente estamos interesados en estudiar el espacio personal en las personas con autismo, especialmente dados los hallazgos de la disfunción de la amígdala en el autismo. Sabemos que algunas personas con autismo tienen problemas con el espacio personal y tienen que aprender lo que es y porqué es tan importante”, dijo el Dr. Kennedy.
El Dr. Kennedy también añadió una precaución: "Es claro que la disfunción de la amígdala no puede representar todas las fallas sociales en el autismo, pero posiblemente contribuye con algunas de ellas y es definitivamente algo que se debe estudiar adicionalmente”.
Enlace relacionado:
California Institute of Technology