RM revela atrofia en región cerebral clave en esclerosis múltiple

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 20 May 2013
Las mediciones de atrofia con resonancia magnética (RM) en un área del cerebro son un predictor preciso de esclerosis múltiple (EM), de acuerdo con una nueva investigación. Esas mediciones de atrofia ofrecen un mejoramiento sobre la tecnología existente para evaluar pacientes en riesgo para EM.

La EM se desarrolla cuando el sistema inmune del cuerpo ataca y daña la mielina, la capa protectora del tejido graso que rodea las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal. Los síntomas incluyen alteraciones visuales, debilidad muscular, y problemas de coordinación y equilibrio. Las personas con casos severos pueden perder la capacidad de hablar o caminar.

Aproximadamente, 85% de las personas con EM sufren de un primer evento neurológico de corto plazo conocido como síndrome clínicamente aislado (SCA). Un diagnóstico conclusivo de EM se basa en una combinación de factores, incluyendo la historia clínica, exámenes neurológicos, desarrollo de un segundo ataque clínico, y detección de lesiones nuevas y agrandadas con RM ponderada-T2 o realzada por contraste.

“Por algún tiempo hemos estado tratando de entender los biomarcadores de RM que predicen el desarrollo de EM desde el primer síntoma de la enfermedad”, dijo Robert Zivadinov, MD, PhD, FAAN, del Centro de Análisis de Neuroimagenología Buffalo de la Universidad en Buffalo (Buffalo, NY, EUA). “En el último par de años, la investigación se ha concentrado mucho más en el tálamo”.

Los estudios recientes demostraron atrofia del tálamo en todos los diferentes tipos de EM y detectaron pérdida del volumen talámico en pacientes pediátricos con EM. “La atrofia talámica puede convertirse en un sello distintivo de cómo miramos la enfermedad y como desarrollamos medicamentos para tratarla”, dijo el Dr. Zivadinov.

Para este estudio, publicado en línea en Abril de 2013 en la revista Radiology, el Dr. Zivadinov y colegas examinaron la asociación entre el desarrollo de atrofia talámica y la conversión para definir clínicamente la EM. “Una de las razones más importantes para el estudio fue entender cuáles regiones del cerebro son más predictivas de un segundo ataque clínico”, dijo el Dr. Zivadinov. “Ninguno ha mirado realmente esto, a largo plazo, en un ensayo clínico”.

Los investigadores utilizaron la RM realzada por contraste para la evaluación inicial de 216 pacientes con SCA. Realizaron exámenes de seguimiento a los seis meses, un año, y dos años. A los dos años, 92 de los 216 pacientes (42,6%), desarrollaron una EM clínicamente definida. Las disminuciones en el volumen talámico y el aumento en los volúmenes ventriculares laterales fueron las únicas mediciones de RM asociadas independientemente con el desarrollo de la EM clínicamente definida. “Primero, esos resultados muestran que la atrofia del tálamo está asociada con la EM”, dijo el Dr. Zivadinov. “Segundo, muestran que la atrofia talámica es un mejor predictor de la EM clínicamente definida, que la acumulación de lesiones realzadas por contraste y ponderadas-T2”.

Los hallazgos sugieren que la medición de la atrofia talámica y el aumento en el tamaño ventricular pueden ayudar a identificar a los pacientes en riesgo alto de conversión a EM clínicamente definida en ensayos clínicos futuros incluyendo a los pacientes con SCA. “La atrofia talámica es un biomarcador RM ideal porque es detectable en una etapa muy temprana”, dijo el Dr. Zivadinov. “Tiene valor predictivo muy bueno, y verá cómo se usa más y más en el futuro”.

Los investigadores continúan el seguimiento del grupo de estudio, con planes para publicar más hallazgos del seguimiento a los cuatro años. Están también tratando de determinar más acerca de la fisiología del compromiso talámico en la EM. “El siguiente paso es mirar donde se desarrollan las lesiones a los dos años con respecto a la localización de la atrofia”, dijo el Dr. Zivadinov. “La atrofia talámica no puede explicarse completamente por la acumulación de las lesiones; debe haber un componente independiente que lleve a la pérdida del tálamo”.

No hay cura conocida para la EM, pero la detección temprana y el tratamiento pueden desacelerar el desarrollo de la enfermedad. La EM afecta a más de dos millones de personas en el mundo, según la Fundación Internacional de Esclerosis Múltiple


Enlace relacionado:

University at Buffalo



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