Resonancia magnética revela anomalías cerebrales en prematuros

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 01 Jul 2014
Los bebés nacidos entre las 32 y 36 semanas de gestación pueden tener más pequeño el cerebro, así como otros defectos cerebrales que pueden conducir a dificultades en el desarrollo a largo plazo, según un estudio reciente con imágenes.

Gran parte de la información existente sobre el nacimiento prematuro y el desarrollo del cerebro ha sido obtenido mediante estudios de individuos nacidos muy prematuros o con un tiempo de gestación de menos de 32 semanas al nacer.

Imagen: (A) Imagen axial potenciada en T2 que muestra núcleos grises profundos (DGN) anchos, la distancia anteroposterior (AP) y el área de superficie. (B) Imagen coronal T2 que muestra las medidas auriculares y ventriculares laterales y el diámetro transversal del cerebelo (TCD) (Fotografía cortesía de la RSNA).

Para este nuevo estudio, publicado en línea en junio de 2014, en la revista Radiology, los investigadores de Australia se centraron en niños moderadamente prematuros y tardíos (MLPT), es decir, aquellos nacidos entre 32 semanas, cero días y 36 semanas, seis días de gestación. Los bebés MLPT representan aproximadamente el 80% de todos los nacimientos prematuros y corresponden en gran parte al aumento que se ha visto en las tasas de nacimientos prematuros en los últimos 20 años. A pesar de ello, hasta el momento no se han publicado estudios a gran escala sobre la relación de las alteraciones cerebrales con los nacimientos MLPT, que puedan ofrecer pistas sobre las relaciones entre el cerebro y la conducta en este grupo de niños.

“En los bebés muy prematuros, la lesión cerebral producida por el sangrado en el cerebro o por la falta de flujo de sangre, de oxígeno o de nutrientes al cerebro podría explicar algunos de los casos de desarrollo cerebral anormal que se producen”, dijo la autora principal del estudio, Jennifer M. Walsh, MBBCh, BAO, MRCPI, del Hospital Real para Mujeres. (Melbourne, Australia; www.thewomens.org.au). “Sin embargo, en algunos bebés prematuros, puede que no haya ninguna explicación obvia de por qué su desarrollo cerebral fue bajo en comparación con el de los bebés nacidos a término”.

Los investigadores realizaron exámenes con resonancia magnética (RM) a 199 MLPT y 50 lactantes nacidos a término (más de 37 semanas de gestación) entre 38 y 44 semanas después de la gestación. Se buscaron síntomas de lesión cerebral y se compararon el tamaño y la maduración de diversas estructuras cerebrales en los dos grupos. Mientras que las tasas de lesiones fueron similares entre los dos grupos, los nacimientos de MLPT estaban relacionados con un menor tamaño del cerebro que el de aquellos con edad equivalente pero nacidos a término. Además, los bebés MLPT mostraban mielinización menos desarrollada en una parte del cerebro y más inmaduro el plegamiento de las circunvoluciones, en comparación con los controles nacidos a término.

Estos hallazgos sugieren que los nacimientos MLPT pueden interrumpir el curso previsto de crecimiento del cerebro, el cual se produce normalmente alrededor de los últimos dos meses de permanencia en el útero, según la Dra. Walsh. “Teniendo en cuenta que el crecimiento del cerebro es muy rápido en el último tercio de la gestación, tal vez no sea sorprendente que haber nacido durante este período potencialmente vulnerable podría alterar el desarrollo del cerebro”, dijo.

Los investigadores esperan poder determinar mejor el impacto que tiene sobre el cerebro el parto moderada o tardíamente prematuro, de modo que puedan empezar a probar diferentes tratamientos diseñados para mejorar el funcionamiento cerebral y el resultado a largo plazo para estos niños. “Los medicamentos, junto con la intervención temprana para ayudar a los padres a entender las necesidades de sus bebés, han sido eficaces para ayudar a los bebés muy prematuros a ponerse a tono con sus pares nacidos a término”, dijo la Dra. Walsh. “Sin embargo, no sabemos si alguno de los tratamientos existentes ayudará a los bebés nacidos entre las semanas 32 y 36, ya que finalmente no se han estudiado mucho”.

Los investigadores planean hacer un seguimiento de los recién nacidos incluidos en el grupo de estudio, durante su infancia, para aprender más sobre la relación entre las anormalidades cerebrales y los resultados posteriores. Ellos también están evaluando la información adicional obtenida con resonancia magnética sobre la estructura del cerebro y su funcionamiento en estos niños. “La comprensión de cuáles son los problemas que tienen y cuál podría ser la causa de ellos es el primer paso para tratar de mejorar su respuesta a largo plazo”, dijo la Dra. Walsh.

Enlace relacionado:

Royal Women’s Hospital



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