RM permite predecir insuficiencia cardiaca

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 27 Jul 2016
Un estudio reciente sugiere que la resonancia magnética (RM) puede ser utilizada post ataque al corazón con el fin de examinar el sangrado del músculo del corazón, que se presenta en fases.
 

Imagen: Un modelo a escala múltiple del corazón humano, hecho mediante resonancia magnética (Fotografía cortesía de la Universidad de Glasgow).
Unos investigadores de la Universidad de Glasgow (Reino Unido) utilizaron la resonancia magnética y la tecnología informática para generar imágenes tridimensionales (3D) de unos modelos del corazón latiendo, tanto estando sano como lesionado. Utilizaron los mismos métodos para escanear a los pacientes con ataque cardiaco, a los dos días, a los tres meses y un año después del ataque. Esa información fue utilizada para crear entonces unos modelos informáticos que permiten predecir posibles hemorragias del corazón, con base en la información de los escaneos para la adquisición de imágenes por resonancia magnética.
 
Los modelos mostraron que la hemorragia se produce en el corazón en dos fases: la primera de ellas 12 horas después de un ataque al corazón y la segunda de 2 a 3 días después. En esencia, los investigadores afirman que podría utilizarse una resonancia magnética al año siguiente a un ataque al corazón, con el fin de vigilar si puede haber una hemorragia del corazón y de ese modo proporcionar una buena ventana de oportunidad para establecer tratamientos que permitan detener la segunda fase, con lo cual se podría ayudar a reducir o, incluso, evitar la aparición de una insuficiencia cardiaca posterior. El estudio fue presentado durante la Conferencia Cardiovascular Británica, celebrada en junio de 2016, en Manchester (Reino Unido).
 
“Esta investigación nos ha mostrado un nuevo panorama de lo que es la lesión del músculo del corazón y de cómo se desarrolla. Ahora podremos centrar nuestra investigación en el desarrollo de nuevos tratamientos que sirvan para reducir el nivel de esta lesión, después que se ha producido un ataque al corazón”, dijo el autor principal, el Profesor Colin Berry, MD. “Este estudio también ha presentado una nueva forma de identificar a aquellos con mayor riesgo de sufrir una insuficiencia cardiaca, antes de que se desarrolle la enfermedad. Este conocimiento puede ser utilizado para identificar a quienes más necesitan de una intervención o de un seguimiento con mayor prontitud”.
 
“La insuficiencia cardiaca es una enfermedad incurable, la cual se asocia con una reducción de la calidad de vida y una disminución de la expectativa de vida. Esta investigación tan interesante nos ha mostrado una nueva característica relacionada con los ataques al corazón que podría ser utilizada para tratar a las personas después de sufrir un ataque al corazón, con el fin de reducir su riesgo de desarrollar una insuficiencia cardiaca”, dijo el profesor Jeremy Pearson, MD, director médico asociado de la Fundación Británica del Corazón (Birmingham, Reino Unido), la cual financió el estudio. “La Fundación Británica del Corazón está comprometida con la financiación de investigaciones que busquen cómo curar la insuficiencia cardiaca, pero este estudio representa una nueva oportunidad muy prometedora para desarrollar nuevos tratamientos adecuados para evitar la aparición de la insuficiencia cardiaca y para reducir la carga debida a esta enfermedad”.
 
La hemorragia (o hematomas) del corazón, afectan a más del 40 % de los pacientes de ataque cardiaco y se asocia con un riesgo 2,6 veces mayor de remodelado adverso, el cual es un precursor de la insuficiencia cardiaca. Se la relaciona también con un riesgo seis veces mayor, bien sea de muerte o de insuficiencia cardiaca, después de sufrir un ataque al corazón.

Enlaces relacionados:
 
University of Glasgow
British Heart Foundation
 


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