Una resonancia magnética de la arteria carótida evalúa el riesgo de ECV mejor que la ecografía
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 20 Nov 2018
Un estudio nuevo sugiere que medir el grosor de la pared de la carótida utilizando imágenes de resonancia magnética (RM) mejora la evaluación del riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV).Actualizado el 20 Nov 2018
Investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud de los EUA (NIH, Bethesda, MD, EUA), la Universidad Johns Hopkins (JHU; Baltimore, MD, EUA), la Universidad de Tufts (Medford, MA, EUA) y otras instituciones, realizaron un estudio que comparó el grosor de la íntima-media (IMT) de la arteria carótida común (ACC), medido manualmente con ultrasonido y semiautomáticamente con RM. El objetivo principal fue examinar las asociaciones con la enfermedad cardíaca coronaria incidente (ICHD) y el accidente cerebrovascular.
El estudio reclutó a 698 participantes (edad media de 63 años) sin antecedentes de ECV clínica desde julio de 2000 a diciembre de 2013. El grosor de la pared de la ACC se midió con ultrasonido y con RM no contrastada con densidad de protones y con RM potenciada con gadolinio intravenoso. Durante el seguimiento posterior, se cuantificaron las correlaciones entre las mediciones del grosor de la pared de la arteria carótida y la cardiopatía coronaria y el accidente cerebrovascular para evaluar las asociaciones entre las mediciones del grosor de la pared y los resultados de la ECV.
Los resultados revelaron que la asociación entre el grosor de la pared y la ECV fue más fuerte con la RM sin contraste y con contraste que con la ecografía. Los índices de riesgo ajustados para ICHD, accidente cerebrovascular y ECV, asociados con el aumento de la desviación estándar en el valor de la IMT fueron 1,10, 1,08 y 1,14, respectivamente. Las asociaciones correspondientes para el grosor medio de la pared medido con la RM ponderada por densidad de protones fueron 1,32, 1,48 y 1,37 y para el grosor medio de la pared medido con la RM potenciada con gadolinio fueron 1,27, 1,58 y 1,38. El estudio fue publicado el 9 de octubre de 2018, en la revista Radiology.
“La arteria carótida sirve de ventana al sistema cardiovascular. El desarrollo de placa en la arteria carótida puede contribuir directamente a un accidente cerebrovascular”, dijo el autor principal, Bruce Wasserman, MD, de la JHU. “La resonancia magnética de alta resolución nos puede decir la etapa de la placa en la pared y nos cuenta sobre las características de la placa que podrían provocar un accidente cerebrovascular. También puede ver la adventicia, una capa de vasos que puede tener un papel importante en el riesgo cardiovascular porque los pequeños vasos proliferan allí, lo que provoca un engrosamiento de la arteria, que puede ser responsable del desarrollo y la progresión temprana de la enfermedad”.
Las arterias carótidas son las dos arterias principales a cada lado del cuello que llevan sangre a la cabeza y al cerebro. Pueden estrecharse por la aterosclerosis, que a menudo refleja la de las arterias coronarias. Sin embargo, es más fácil obtener imágenes de las carótidas, lo que las convierte en vasos potencialmente útiles para evaluar el riesgo de accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y otros eventos cardiovasculares adversos. La IMT carotídea basada en ultrasonido es el método más utilizado para evaluar la aterosclerosis carotídea en etapa temprana.
Enlace relacionado:
Institutos Nacionales de la Salud de los EUA
Universidad Johns Hopkins
Universidad de Tufts
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