EMR ayudan a reducir TC innecesarias en pacientes con dolor abdominal
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 18 Jul 2012
Una nueva aplicación para las historias clínicas electrónicas (EMR) que registra la exposición anterior de los pacientes a la radiación por tomografía computarizada (TC) ayuda a reducir el uso potencialmente injustificado de imágenes entre los pacientes de la sala emergencias (ER) con dolor abdominal.Actualizado el 18 Jul 2012
Investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (Filadelfia, EUA) presentaron sus hallazgos en mayo de 2012, en el congreso anual de la Sociedad de Medicina Académica de Emergencia, celebrado en Chicago (Illinois, EUA). El nuevo estudio demuestra que cuando la aplicación se utiliza, los pacientes están 10% menos propensos a ser sometidos a una tomografía computarizada, sin aumentar el número de pacientes que ingresan en el hospital.
El dolor abdominal es el síntoma más común por el cual las personas buscan atención en las salas de emergencia en los Estados Unidos y representa 10 millones de consultas cada año. Sin embargo, los síntomas pueden ser causados por múltiples problemas, desde aquellos que se pueden solucionar con una sola dosis de un medicamento de venta libre hasta los que podrían resultar peligrosos para la vida en cuestión de horas: desde un ataque de dolor gastrointestinal (GI) hasta un embarazo ectópico, desde el estreñimiento hasta un apéndice a punto de estallar, de una hernia a los signos de una afección crónica, como la enfermedad de Crohn.
Este complejo reto diagnóstico juega un papel muy importante en por qué los médicos de emergencia tienden a apoyarse fuertemente en pruebas como la tomografía computarizada, a pesar de que exponen a los pacientes a la radiación y hay pocas directrices claras sobre qué pacientes deben recibirla. Desde mediados de los años 1990, el empleo de la TC para diagnosticar a los pacientes de ER se ha disparado, aumentando su uso diez veces. En la actualidad, el 14% de todos los pacientes de urgencias se escanean – por lo cual los expertos estadísticos se refieren con frecuencia a ello como una causa importante para el aumento de los costos de salud.
“La mayoría de los pacientes con dolor abdominal no se encuentran en mayor peligro, pero algunas de las afecciones que se encuentran en la lista de cosas que consideramos como causas pueden ser fatales en un corto lapso” dijo Ángela M. Mills, MD, profesora asistente de medicina de urgencias y directora médica del servicio de urgencias del Hospital de la Universidad de Pennsylvania. “Tenemos que estar seguros de nuestro diagnóstico con el fin de mantener a un paciente a salvo, pero tenemos que hacer un balance entre los riesgos de hacerle un examen, como una tomografía computarizada y la probabilidad de que la prueba realmente nos dará la información que no podríamos conseguir de algún otro modo con menos riesgo para el paciente”.
Los investigadores de Penn investigaron una nueva herramienta integrada dentro de las EMR de los pacientes, que llevó a los médicos a través de una serie de preguntas que sirvieron como controles y contrapesos para su decisión de ordenar una tomografía computarizada para investigar el dolor abdominal de su paciente. Se les preguntó, por ejemplo, acerca del diagnóstico que trataban de obtener (de apendicitis a colitis, un quiste de ovario o un tumor) y la probabilidad que pensaban de que el paciente realmente tuviera ese problema. Por otra parte, si un médico residente ordenaba la prueba, tenía que ser aprobada por un médico de cabecera antes de hacerle el examen al paciente. Esas medidas, según los investigadores, parecen jugar un papel en alertar al equipo de atención a reconsiderar su elección de las pruebas.
Los autores examinaron 11.176 pacientes atendidos en dos salas de emergencia de Penn Medicine entre julio de 2011 y marzo de 2012. Antes de implementar la nueva herramienta de recuento, a 32,3% de los pacientes atendidos les hacían una tomografía computarizada. Después de que su uso fue aprobado, el número bajó a 28%. Después de ajustar por diversos factores de confusión, los investigadores determinaron que los pacientes tenían un 10% menos probabilidades de someterse a una tomografía computarizada después de que la herramienta fue integrada en la historia clínica electrónica. Los pacientes ya no eran tan propensos a ser admitidos en el hospital – un evento típico, cuando el diagnóstico es incierto – después de la puesta en práctica de éste método.
Una versión mejorada del programa, lanzada después de que el nuevo estudio se terminó, también aporta datos sobre el número de diferentes exámenes de imágenes abdominales que el paciente había tenido anteriormente en Penn y acumula su exposición total a la radiación debido a tomografías computarizadas anteriores. La Dra. Mills espera que otros datos adicionales ayuden a reducir aún más los exámenes innecesarios. “Para muchos pacientes, como aquellos que son mayores o tienen cáncer, esta herramienta podría no hacer una diferencia” dijo la Dra. Mills, “pero hay muchos pacientes de dolor abdominal que son más jóvenes, más sanos y que tienen cosas que por lo general no representan peligro para la vida, como cálculos renales, para quienes esperamos que esto reducirá su exposición innecesaria a la radiación”.
En el futuro, a medida que las EMR sean más eficaces y accesibles entre diferentes hospitales, ella espera que se pueda utilizar una herramienta similar para obtener datos sobre exámenes anteriores con tomografía computarizada de un mayor número de pacientes.
Enlace relacionado:
University of Pennsylvania’s Perelman School of Medicine