Ultrasonido revela riesgo de autismo en recién nacidos
Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 27 Mar 2013
Los bebés con bajo peso al nacer con una enfermedad cerebral específica tienen un riesgo mayor de autismo, según nuevos hallazgos de imagenología que les proporcionan a los médicos indicaciones para la detección temprana de la aún poco conocida enfermedad. Actualizado el 27 Mar 2013
Realizada por investigadores de la Universidad Estatal Michigan (MSU; East Lansing, EUA), la investigación demostró que los recién nacidos con bajo peso al nacimiento fueron siete veces más aptos para ser diagnosticados con autismo más tarde en la vida si un ultrasonido captado justo después de nacer revelaba que tenían ventrículos agrandados (cavidades en el cerebro que almacena líquido espinal). Los resultados del estudio fueron publicados en la edición del 13 de Febrero de 2013, en la revista Journal of Pediatrics.
“Durante muchos años ha habido una gran controversia acerca de si las vacunaciones o los factores ambientales influencian el desarrollo del autismo, y siempre hay la pregunta de a qué edad un niño empieza a desarrollar la enfermedad”, dijo el autor principal Dr. Tammy Movsas, profesor asistente clínico de pediatría del MSU y director médico del Departamento de Salud Pública del Condado Midland. “Lo que este estudio muestra es que un ultrasonido en los primeros días de la vida ya puede detectar anormalidades cerebrales que indican un riesgo mayor de desarrollar el autismo”.
El Dr. Movsas y colaboradores llegaron a esa conclusión analizando los datos de una cohorte de 1.105 bebés con bajo peso al nacer nacidos a mediados de 1980s. A los bebés les hicieron ultrasonidos craneales justo después de nacer, de modo que los investigadores pudieron investigar las relaciones entre las anormalidades cerebrales en la infancia y las alteraciones de salud que mostraron más tarde. Los participantes también fueron escaneados para autismo cuando tenían 16 años de edad, y un sub grupo de ellos tuvo una prueba más rigurosa a los 21, que arrojaron 14 diagnósticos positivos.
En los bebés prematuros, el agrandamiento ventricular se identifica con más frecuencia y puede indicar pérdida de un tipo de tejido cerebral llamada materia blanca. “Esto sugiere que se necesitan investigaciones adicionales para entender mejor de qué se trata la pérdida de materia blanca que interfiere con los procesos neurológicos que determinan el autismo”, dijo el coautor, Nigel Paneth, un epidemiólogo en MSU, quien ayudó a organizar la cohorte. “Esta es una pista importante para los aspectos cerebrales subyacentes en el autismo”.
La investigación anterior había demostrado una tasa aumentada de autismo en los bebés prematuros con bajo peso al nacer, y la investigación anterior de los Drs. Movsas y Paneth encontró un incremento ligero en los síntomas entre los niños autistas nacidos antes o después.
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Michigan State University