Nuevo método de imagen detecta de forma no invasiva la enfermedad inflamatoria intestinal
Actualizado el 09 Aug 2024
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una condición inflamatoria crónica del tracto gastrointestinal que incluye dos grupos principales: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. A pesar de los avances en el manejo de la EII, existen desafíos continuos para mejorar la precisión del diagnóstico, resolver la intolerancia al tratamiento y manejar los ciclos recurrentes de remisión y recaída. Además, la EII a largo plazo aumenta el riesgo de cáncer, lo que hace necesario un monitoreo continuo de la actividad de la enfermedad. Actualmente, no existen métodos que puedan detectar y diferenciar con precisión la inflamación activa de la enfermedad crónica. Las resonancias magnéticas (RM) y las tomografías computarizadas (TC) revelan cambios estructurales en el intestino, y otros métodos de imágenes identifican aumentos en el número de células inmunes en los tejidos, pero ninguna de estas técnicas captura completamente las respuestas inmunes dinámicas en el colon. Ahora, se ha desarrollado una nueva técnica de imágenes, la PET con granzima B, para detectar de forma no invasiva la EII y proporcionar imágenes en tiempo real de la inflamación activa dentro de los tejidos. Según una investigación publicada en la edición de julio de The Journal of Nuclear Medicine, los hallazgos de la imagen PET podrían ayudar a monitorear la efectividad de los tratamientos para la EII y, potencialmente, conducir a estrategias de manejo más personalizadas para los pacientes.
En esta investigación, científicos del Hospital General de Massachusetts (MGH, Boston, MA, EUA) exploraron el potencial del gen de la granzima B como biomarcador para la detección de EII y la predicción de la respuesta al tratamiento. Se tiñeron muestras de tejido humano de pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, tanto durante las fases activa como inactiva, así como de tejidos intestinales no inflamados, para medir la expresión de granzima B. Los hallazgos mostraron que los niveles de granzima B eran significativamente más altos en los tejidos inflamados en comparación con los no inflamados, y los tejidos con enfermedad activa mostraban niveles más altos que los de la enfermedad inactiva. Además, las muestras de tejido de pacientes con EII que respondieron a los tratamientos exhibieron una menor expresión de granzyme B en comparación con aquellas de pacientes que no respondieron.
Además, los investigadores evaluaron los cambios en la expresión de la granzima B en un modelo murino, que incluyó ratones con colitis inducida y ratones de control. Estos ratones se sometieron a imágenes PET con 68Ga-NOTA-GZP en la primera, tercera y cuarta semana. Las imágenes PET revelaron una absorción intestinal significativamente mayor de 68Ga-NOTA-GZP en los ratones con colitis inducida en comparación con los ratones de control. Después del tratamiento, aunque la absorción de 68Ga-NOTA-GZP disminuyó en los ratones con colitis inducida, permaneció significativamente más alta que en los controles durante todo el estudio.
"Un método de imágenes no invasivo para detectar la activación del sistema inmunológico con alta resolución es clave para mejorar el tratamiento de la EII", afirmó Pedram Heidari, MD, radiólogo y jefe del servicio de medicina nuclear del Hospital General de Massachusetts. “La PET con granzima B puede ayudar con la detección oportuna de la enfermedad activa, la determinación de la necesidad de iniciar un tratamiento y el monitoreo de la respuesta al tratamiento para asegurar la resolución de la inflamación. Esto es particularmente importante para monitorear la inflamación en las partes del intestino que no son accesibles para la endoscopia y el muestreo de tejido. Esta es una herramienta única que puede cambiar significativamente la trayectoria de la enfermedad al monitorear de cerca la eficacia del tratamiento y es la verdadera definición de medicina de precisión”.
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MGH