Nuevos trazadores para diagnóstico más temprano de Alzheimer

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 02 Apr 2014
Unas técnicas de imagenología nuclear están ayudando a diagnosticar la enfermedad de Alzheimer (EA) mucho más temprano que antes. Unos trazadores recientemente desarrollados, usados con la tomografía de emisión de positrones (TEP), hacen visible el beta-amiloide en el cerebro. Esta parte de una proteína, que es un factor causal clave del Alzheimer, ahora puede ser identificada mucho antes del inicio de los signos de la enfermedad.

“Esto les ayuda a los médicos a confirmar su diagnóstico y a planear la estrategia correcta del tratamiento apropiado individualmente desde el inicio. Además, nos permitirá aplicar medicamentos futuros, que están siendo actualmente desarrollados, en este momento”, dijo el Prof. Swen Hesse, un especialista de la Asociación Europea de Medicina Nuclear (EANM; Viena, Austria).

Imagen: TEPs mostrando las diferencias entre un cerebro de adulto mayor normal y el cerebro de un adulto mayor con enfermedad de Alzheimer (Fotografía cortesía del NIH).

Entre más temprano se inicie el tratamiento para la EA, mayor es su efectividad. El hecho de que terapias más nuevas y más duraderas estén disponibles pronto aumenta el significado del diagnóstico temprano. El blanco de la TEP es el beta-amiloide, que es el componente principal de las placas que lesionan las neuronas del cerebro y son una de las características distintivas de la EA. Se han desarrollado tres trazadores diferentes (sustancias marcadas radioactivamente que son inyectadas al paciente), que hacen visibles esas placas en la pantalla del computador. Uno de los compuestos (florbetapir F-18) ya ha sido aprobado por las autoridades de salud de la Unión Europea y los Estados Unidos, mientras se espera que los otros dos (flutemetamol F-18 y florbetaben F-18) sean aprobados pronto por ambas autoridades. Con la ayuda de esos trazadores, es probable que la EA sea detectada hasta 15 años antes del inicio del deterioro mental severo.

Sin embargo, mientras una TEP negativa—una que muestra poca o ninguna acumulación de beta-amiloide en el cerebro—excluye la EA como la causa de la enfermedad del paciente, esto no hace lo mismo porque otras formas de demencia como la demencia con cuerpos Lewy (DLB) también pueden tener exámenes positivos, y una exploración positiva no significa inevitablemente demencia clínica. Estudios en progreso revelarán si el uso de trazadores amiloides radioactivos y TEP pueden pronosticar el riesgo individual de conversión futura a la demencia EA y si son adecuados para evaluar cómo los pacientes responden al tratamiento. Las técnicas de imagenología nuclear, por ahora, no son un reemplazo sino una adición valiosa a las herramientas diagnósticas establecidas.

“La imagenología amiloide les permite a los médicos determinar desde el principio y con alta exactitud si, en los pacientes con síntomas leves, el Alzheimer puede excluirse, de manera que alguna otra clase de demencia u otra condición tenga que ser tenida en cuenta”, comentó el Prof. Hesse. “La efectividad de esas sustancias fue establecida en estudios clínicos excelentes que mostraron su exactitud en detectar el beta-amiloide en el cerebro de acuerdo con los resultados histopatológicos”.

La imagenología amiloide, según la EANM, promoverá métodos de tratamiento ayudando a seleccionar participantes del estudio en ensayos clínicos, que puedan llevar a medicamentos que modifiquen la enfermedad. Tales trazadores también son propensos a combinaciones nuevas de TEP con resonancia magnética (RM) como exámenes independientes, siendo de hecho, dos dispositivos en uno. Esto reducirá el tiempo de exploración y aumenta la comodidad del paciente, según los científicos.

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European Association of Nuclear Medicine



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