Cemento radioactivo es más seguro para el tratamiento de tumores de la columna

Por el equipo editorial de MedImaging en español
Actualizado el 04 Mar 2021
De acuerdo con un estudio nuevo, la inyección de cemento de braquiterapia en el hueso es una alternativa más segura que la radioterapia (RT) convencional para los tumores de columna.

Desarrollado por investigadores de la Universidad de California en Irvine (UCI, EUA), el cemento de braquiterapia Spine-Rad incluye isótopos radiactivos que se dispersan uniformemente, por lo que los radiólogos no necesitan medir la cantidad total de radiactividad; la dosis administrada al tumor es independiente del volumen de cemento y de la cantidad inyectada. Para validar la función del cemento, los investigadores llevaron a cabo estudios computacionales y en animales para evaluar la eficacia a corto plazo, la seguridad, la migración de radiactividad a la sangre, la orina o las heces; y la dosis de radiación de las emisiones de fósforo-32 (P-32) a la médula espinal y los tejidos blandos.

Imagen: Profesora Joyce Keyak, codesarrolladora del cemento de braquiterapia, Spine-Rad (Fotografía cortesía de la UCI)

Los resultados mostraron que a las 17 semanas después de la inyección, los exámenes físicos fueron todos normales y no se detectó actividad en sangre, orina o heces. Los investigadores no encontraron evidencia del isótopo P-32 en la sangre circulante, ningún cambio en el análisis de sangre relacionado con la radiactividad, ningún déficit neurológico y que las tasas de dosis de radiación fuera del sitio de inyección fueron mínimas. El estudio fue presentado en el congreso anual de la Sociedad de Investigación de Ortopedia, que se realizó virtualmente durante febrero de 2021.

“Actualmente, se utilizan múltiples sesiones de radiación de haz externo para tratar el cáncer que se ha diseminado a la columna. Pero con el cemento óseo de braquiterapia, una sola inyección puede proporcionar un tratamiento tumoral dirigido equivalente, con una amenaza significativamente menor para la médula espinal y los nervios”, dijo la autora principal y presentadora del estudio, la profesora Joyce Keyak, PhD. “Le pueden hacer el procedimiento y eso es todo. Y puede hacerlo cuando los tumores son más pequeños para evitar más daños en los huesos y la médula espinal, al tiempo que se limita el dolor y los efectos secundarios que los pacientes suelen sentir”.

Los cánceres que comienzan en la mama, la próstata, los pulmones, la tiroides y los riñones pueden extenderse a las vértebras y debilitarlas y causar dolor al paciente. La radioterapia gamma para matar el tumor es tóxica para los huesos, las células de la columna y los nervios, lo que provoca parálisis. Debido a esto, con frecuencia se retrasa la RT en pacientes con cáncer metastásico el mayor tiempo posible, dejándolos con dolor a medida que avanzan los tumores.

Enlace relacionado:
Universidad de California en Irvine


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