TC ayuda a detectar la gota cuando los aspirados fallan
Por el equipo editorial de MedImaging en español Actualizado el 24 Apr 2014 |
Imagen: Depósitos de urato monosódico detectados por medio de DECT (Fotografía cortesía de la Clínica Mayo).
Un nuevo estudio revela que las tomografías computarizadas de energía dual (TCED) pueden detectar la gota en una tercera parte de los pacientes cuyos aspirados fueron negativos para la enfermedad.
Investigadores de la Clínica Mayo (Rochester, MN, EUA) realizaron un estudio, en un solo centro, de 40 pacientes con gota activa y 41 con otros tipos de enfermedad articular para examinar la utilidad de la TCED para detectar depósitos de urato monosódico (UMS); los resultados fueron calculados contra una exploración estándar de referencia combinada (microscopía electrónica y polarizada del líquido sinovial). Para explorar el resultado diagnóstico de la exploración TCED, una tercera cohorte fue organizada consistente de pacientes con artritis inflamatoria y factores de riesgo para gota que habían tenido resultados negativos en la microscopía polarizada del líquido sinovial.
Los resultados mostraron que la sensibilidad de la TCED para diagnosticar gota fue de 0,90, mientras que la especificidad se situó en 0,83, con evidencia de depósito de ácido úrico encontrada en 14 de 30 pacientes (46,7%). Los exámenes TCED funcionaron particularmente bien en los pacientes que habían experimentado varias episodios semejantes a la gota, pero cuyos aspirados dieron negativos. Después de que las TCs detectaron depósitos de UMS, se tomaron aspirados guiados por ultrasonido en esas áreas y probadas para cristales de uratos. Todos los resultados falso-negativos fueron observados entre pacientes con gota aguda, con síntomas de inicio reciente. Todos los resultados falso-positivos tenían osteoartritis (OA) avanzada de rodilla. El estudio fue publicado el 25 de Marzo de 2014, en la revista Annals of the Rheumatic Diseases.
“La primera aparición de gota más comúnmente ocurre en el dedo gordo del pie, pero la gota puede afectar a casi todas las articulaciones del cuerpo, y cuantas más episodios de gota se tengan más probabilidad existe de que otras áreas articulares estén afectadas”, dijo el autor principal, el reumatólogo Tim Bongartz, MD. “Un diagnóstico temprano y exacto es crucial porque los pacientes con gota son tratados con medicamentos diferentes al de otras formas de artritis inflamatoria, y la medicación apropiada y los cambios de la dieta pueden ayudar a prevenir ataques de gota posteriores y la diseminación de la enfermedad a otras articulaciones. La capacidad para visualizar esos depósitos amplía claramente nuestra perspectiva sobre la gota”.
La gota es una condición médica caracterizada usualmente por ataques recurrentes de artritis inflamatoria aguda—una articulación roja, sensible, caliente, inflamada. La articulación metatarsal-falángica en la base del dedo gordo es la más comúnmente afectada (aproximadamente 50% de los casos). Sin embargo, puede también presentarse como tofo, cálculos urinarios, o nefropatía de uratos. Es causada por niveles elevados de ácido úrico que se cristalizan y se depositan en las articulaciones, tendones, y tejidos circundantes. La prueba estándar para la gota es la aspiración con aguja que extrae líquido o tejido de una articulación afectada, la cual luego se analiza en busca de la presencia de cristales de ácido úrico.
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Mayo Clinic
Investigadores de la Clínica Mayo (Rochester, MN, EUA) realizaron un estudio, en un solo centro, de 40 pacientes con gota activa y 41 con otros tipos de enfermedad articular para examinar la utilidad de la TCED para detectar depósitos de urato monosódico (UMS); los resultados fueron calculados contra una exploración estándar de referencia combinada (microscopía electrónica y polarizada del líquido sinovial). Para explorar el resultado diagnóstico de la exploración TCED, una tercera cohorte fue organizada consistente de pacientes con artritis inflamatoria y factores de riesgo para gota que habían tenido resultados negativos en la microscopía polarizada del líquido sinovial.
Los resultados mostraron que la sensibilidad de la TCED para diagnosticar gota fue de 0,90, mientras que la especificidad se situó en 0,83, con evidencia de depósito de ácido úrico encontrada en 14 de 30 pacientes (46,7%). Los exámenes TCED funcionaron particularmente bien en los pacientes que habían experimentado varias episodios semejantes a la gota, pero cuyos aspirados dieron negativos. Después de que las TCs detectaron depósitos de UMS, se tomaron aspirados guiados por ultrasonido en esas áreas y probadas para cristales de uratos. Todos los resultados falso-negativos fueron observados entre pacientes con gota aguda, con síntomas de inicio reciente. Todos los resultados falso-positivos tenían osteoartritis (OA) avanzada de rodilla. El estudio fue publicado el 25 de Marzo de 2014, en la revista Annals of the Rheumatic Diseases.
“La primera aparición de gota más comúnmente ocurre en el dedo gordo del pie, pero la gota puede afectar a casi todas las articulaciones del cuerpo, y cuantas más episodios de gota se tengan más probabilidad existe de que otras áreas articulares estén afectadas”, dijo el autor principal, el reumatólogo Tim Bongartz, MD. “Un diagnóstico temprano y exacto es crucial porque los pacientes con gota son tratados con medicamentos diferentes al de otras formas de artritis inflamatoria, y la medicación apropiada y los cambios de la dieta pueden ayudar a prevenir ataques de gota posteriores y la diseminación de la enfermedad a otras articulaciones. La capacidad para visualizar esos depósitos amplía claramente nuestra perspectiva sobre la gota”.
La gota es una condición médica caracterizada usualmente por ataques recurrentes de artritis inflamatoria aguda—una articulación roja, sensible, caliente, inflamada. La articulación metatarsal-falángica en la base del dedo gordo es la más comúnmente afectada (aproximadamente 50% de los casos). Sin embargo, puede también presentarse como tofo, cálculos urinarios, o nefropatía de uratos. Es causada por niveles elevados de ácido úrico que se cristalizan y se depositan en las articulaciones, tendones, y tejidos circundantes. La prueba estándar para la gota es la aspiración con aguja que extrae líquido o tejido de una articulación afectada, la cual luego se analiza en busca de la presencia de cristales de ácido úrico.
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Mayo Clinic
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