Datos muestran que se pueden realizar TC realzadas por contraste con seguridad
Por el equipo editorial de MedImaging en español Actualizado el 29 Oct 2014 |
De acuerdo con una nueva investigación, el material de contraste con yodo que se inyecta intravenosamente para mejorar las tomografías computarizadas, puede ser usado con seguridad en la mayoría de los pacientes.
Los hallazgos del estudio fueron publicados en línea el 9 de septiembre de 2014, en la revista Radiology. De los 80 millones o más de las TC realizadas cada año en los Estados Unidos, el material de contraste a base de yodo se utiliza en al menos en la mitad de ellas, para mejorar las imágenes de la tomografía computarizada (TC), según el investigador Robert J. McDonald, MD, PhD, un residente de radiología en la Clínica Mayo (Rochester, MN, EUA).
Según el Dr. McDonald, un pequeño número de reportes de casos clínicos desde la década de 1950, y más recientemente, los estudios retrospectivos deficientes en grupos de control adecuados correlacionaron causalmente el uso de TCs de contraste con yodo, al daño renal, una condición llamada nefropatía inducida por contraste. “Durante casi 60 años, los médicos se han preocupado por la nefropatía inducida por el contraste cuando se utiliza material de contraste yodado, especialmente para los pacientes con insuficiencia renal”, dijo el Dr. McDonald. “Las pruebas nuevas sugieren ahora que estas preocupaciones están probablemente muy sobreestimadas”.
Usando herramientas informáticas avanzadas, el Dr. McDonald y sus colegas estudiaron los datos de los pacientes a quienes les practicaron TC de la pelvis, el abdomen y del tórax en la Clínica Mayo entre 2000 y 2010. Un grupo de estudio de 21.346 pacientes incluyó 10.673 pacientes a quienes les practicaron a una TC con contraste y 10.673 pacientes a quienes les practicaron una TC similar sin contraste intravenoso. Los dos grupos tenían una correspondencia muy alta según las características demográficas y clínicas, incluyendo el género, la raza y las condiciones preexistentes como diabetes, insuficiencia cardíaca congestiva y enfermedad renal aguda.
Los investigadores analizaron los datos de los pacientes con respecto a los eventos adversos después de la tomografía computarizada, incluyendo el daño renal agudo, la necesidad de diálisis renal de emergencia (en pacientes sin historia previa de diálisis) y de muerte dentro de los 30 días siguientes a la exposición al medio de contraste.
El análisis no reveló ninguna diferencia significativa en la tasa de lesión renal aguda entre los pacientes en el grupo de contraste (4,8%, o 515 de 10.673) y el grupo sin contraste (5,1% o 544 de 10.673). Más importante aún, las tasas de diálisis de emergencia y la muerte en la ventana de 30 días después de la TC no fueron sustancialmente diferentes entre los pacientes expuestos a contrastar y los que no estuvieron expuestos. Estos hallazgos también se observaron en los pacientes con función renal comprometida y condiciones de alto riesgo, como la insuficiencia cardíaca congestiva y la diabetes, que se presume predisponen a un paciente a una lesión renal.
“Estos resultados desafían suposiciones arraigadas con respecto al presunto riesgo nefrotóxico del material de contraste intravenoso”, concluyó el Dr. McDonald. “Esperamos que nuestros hallazgos ayudarán a refinar el perfil de seguridad de estos agentes de contraste”.
Enlace relacionado:
Mayo Clinic
Los hallazgos del estudio fueron publicados en línea el 9 de septiembre de 2014, en la revista Radiology. De los 80 millones o más de las TC realizadas cada año en los Estados Unidos, el material de contraste a base de yodo se utiliza en al menos en la mitad de ellas, para mejorar las imágenes de la tomografía computarizada (TC), según el investigador Robert J. McDonald, MD, PhD, un residente de radiología en la Clínica Mayo (Rochester, MN, EUA).
Según el Dr. McDonald, un pequeño número de reportes de casos clínicos desde la década de 1950, y más recientemente, los estudios retrospectivos deficientes en grupos de control adecuados correlacionaron causalmente el uso de TCs de contraste con yodo, al daño renal, una condición llamada nefropatía inducida por contraste. “Durante casi 60 años, los médicos se han preocupado por la nefropatía inducida por el contraste cuando se utiliza material de contraste yodado, especialmente para los pacientes con insuficiencia renal”, dijo el Dr. McDonald. “Las pruebas nuevas sugieren ahora que estas preocupaciones están probablemente muy sobreestimadas”.
Usando herramientas informáticas avanzadas, el Dr. McDonald y sus colegas estudiaron los datos de los pacientes a quienes les practicaron TC de la pelvis, el abdomen y del tórax en la Clínica Mayo entre 2000 y 2010. Un grupo de estudio de 21.346 pacientes incluyó 10.673 pacientes a quienes les practicaron a una TC con contraste y 10.673 pacientes a quienes les practicaron una TC similar sin contraste intravenoso. Los dos grupos tenían una correspondencia muy alta según las características demográficas y clínicas, incluyendo el género, la raza y las condiciones preexistentes como diabetes, insuficiencia cardíaca congestiva y enfermedad renal aguda.
Los investigadores analizaron los datos de los pacientes con respecto a los eventos adversos después de la tomografía computarizada, incluyendo el daño renal agudo, la necesidad de diálisis renal de emergencia (en pacientes sin historia previa de diálisis) y de muerte dentro de los 30 días siguientes a la exposición al medio de contraste.
El análisis no reveló ninguna diferencia significativa en la tasa de lesión renal aguda entre los pacientes en el grupo de contraste (4,8%, o 515 de 10.673) y el grupo sin contraste (5,1% o 544 de 10.673). Más importante aún, las tasas de diálisis de emergencia y la muerte en la ventana de 30 días después de la TC no fueron sustancialmente diferentes entre los pacientes expuestos a contrastar y los que no estuvieron expuestos. Estos hallazgos también se observaron en los pacientes con función renal comprometida y condiciones de alto riesgo, como la insuficiencia cardíaca congestiva y la diabetes, que se presume predisponen a un paciente a una lesión renal.
“Estos resultados desafían suposiciones arraigadas con respecto al presunto riesgo nefrotóxico del material de contraste intravenoso”, concluyó el Dr. McDonald. “Esperamos que nuestros hallazgos ayudarán a refinar el perfil de seguridad de estos agentes de contraste”.
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Mayo Clinic
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